En el año 2017 Venezuela ha vivido una época de crisis como ninguna en su historia, La Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) aseguró que el sector industrial se encuentra en su peor situación, donde hasta el 73 % de las empresas se encuentran en un mal momento y el 64 % tiene menos volúmenes de pedidos.
Para la fecha, la industria venezolana sufrió toda clase de distorsiones y restricciones que han disminuido su capacidad productiva, la gran contracción económica que sufre el país ha causado que gran parte del sector tenga que cerrar sus puertas.
La falta de insumos y de divisas son los principales problemas de la industria, se estima que para el próximo año, 1.018 empresas industriales cerrarán sus puertas en 2018, “la grave crisis que vive el país es la reiteración de la toma de políticas económicas equivocadas”, afirmó Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria
Los análisis económicos de Conindustria dieron como resultado una caída del Producto Interno Bruto (PIB) en un 11 % y se estima que para el año que viene obtenga una baja de 12 %. Por lo tanto, en cuanto al PIB industrial, se espera que cierre el año con una caída del 14 % y del 16 % para el 2018. En cuanto a la inflación, se observó un alza en los precios de 1.312 % y se calcula que para el próximo año termine en 3.779 %
El trabajo informal en el país aporta mas del 60 % de los puestos de trabajo, según Conindustria. La economía en el país necesita una reestructuración con el fin de superar la dualidad económica, del trabajo informal y el trabajo petrolero.
“Si nosotros no comenzamos el cambio por Venezuela nadie lo hará”, aludió Juan Pablo Olalquiaga, con esta afirmación, Conindustria realizó en el mes de noviembre el evento “Hacia una Venezuela Industrializada: La Ruta”, donde varios expertos económicos e integrantes de las cámaras industriales venezolanas se reunieron con el fin de dar soluciones y planes a corto, mediano y largo plazo, respecto a la problemática que está viviendo el país.
“Los que han llevado a Venezuela a este proceso de empobrecimiento, de destrucción industrial, de encogimiento de la economía, son los mismos que van a estar creando las nuevas leyes o creando las nuevas reglas; más allá de que no se puede prever que hagan nada distinto de lo que han hecho en el pasado, que ha sido totalmente contrario al bienestar y a los intereses de la ciudadanía”, concluyó Olalquiaga.
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