A menos de 10 días de otra elección en Venezuela no hay nada definido”, opinó el analista político y consultor electoral Aníbal Sánchez, “no se trata de predicciones pero si de mediciones de intenciones como la de votar este 20 de mayo, que ya no solo se segmentan en los totalmente seguro (31%) o los que pudieran ir (28%), sino que en la geo-estratificación varia la seguridad de ir es mayor en estratos C-D, sector más vulnerable a la crisis e intimidación”.

Aun no aparecen los 136 mil 440 electores mínimos para instalar las 34 mil 110 mesas de votación, los cuales estarían entre el 1 millón 21 mil 230 ciudadanos sorteados a Servicio Electoral”, dijo el analista. Otro obstáculo para las organizaciones políticas participantes.

Según el Cronograma (CNE) actividades 68 y 69 en cumplimiento al Artículo 48 de la Ley del Poder Electoral, y 112 de procesos electorales desde el día 4 de Mayo ha debido iniciar la capacitación de los miembros de mesas contactados entre los sorteados al servicio electoral; al mismo tiempo las organizaciones con fines políticos han debido presentar sus responsables para postular sus testigos. “El muy nombrado patrón electoral compuesto por al menos 68 mil 220 voluntarios, acreditados, y adiestrados en funcionamiento del sistema electoral a nivel de la mesa o centros de votación”, expresó.

Este es el escenario a nivel de constitución e instalación de centros para el día 20 de mayo donde 20 millones 531 mil 39 electores están convocados a una elección mixta sobre una misma boleta, o pantalla electrónica, a nivel nacional con un voto o cargo a elegir el de presidente de la república; y a nivel Regional un numero de 18 millones 724 mil tendrían hasta 3 cargos a elegir diputados por lista, o nominales a los consejos legislativos, y su representación indígena.

Para Sánchez, si aún es difícil determinar de quienes conformaran o completaran la herradura electoral de cada mesa de votación; también lo es aproximarse al número de votantes que acudirán. En esto se centran los estudios de opinión, y análisis en medio de un estado de conflictividad social, la conflictividad política pudiera definir  “oposicionistas, pudieran derrotar a la oposición”. En centros de alta concentración de electores, pero con menos intención de participación, y mayor rechazo a la gestión actual (82%) lo que llevaría la lucha electoral a los centros pequeños; por lo general con una población electoral más vulnerable al control social, y a los embates de la crisis.

El debate político opositor esta en las medidas de presión, aunque no se percibe el inconformismo avanza “se escucha hasta dentro de las instituciones, el esto no lo aguanta nadie”, expresó.  No ve la estructuración ni capitalización de este descontento. A nivel internacional el centro está en “garantías electorales” pero que aún no dan con una demostración de error en el sistema, por lo que se debe argumentar mejor incidencias en el proceso, “no en contar cuantas veces sale un rostro en un tarjetón; cuando el mismo tiene tanto rechazo”.

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