Un caso conocido también hace pocos días nos indica cómo hay individuos que, a cambio de unos pocos dólares, ofrecen un servicio de aleccionamiento de los hijos mediante el ejercicio de la violencia.

Este extraño servicio era ofrecido de boca en boca a personas conocidas por agentes de la llamada fuerza de acciones especiales de la policía nacional. Básicamente los uniformados ofrecían que, previo pago de una suma en dólares, podían llevarse a ese hijo o sobrino rebeldes hasta una locación desconocida y propinarles una golpiza que sirviera como aleccionamiento.

Nos referimos al caso de un servicio tercerizado de aleccionamiento de los hijos o sobrinos mediante golpizas, propinadas por presuntos agentes de la policía nacional.

Este caso fue detectado in fraganti, gracias a la denuncia de un familiar que no estaba de acuerdo con el hecho de que se pagara a policías para dar golpizas ejemplarizantes a los hijos. Las detenciones fueron practicadas por efectivos de la propia policía nacional-

Este caso nos habla de la profunda descomposición en la que están inmersos los cuerpos policiales y militares. Anteriormente, esto se evidenciaba cuando los veíamos uniformados frente a los comercios en la hora de cierre, ofreciendo un servicio conocido como parceleros. Luego los hemos visto de escoltas, y ahora en esto. Definitivamente, la creatividad de estos individuos es estimulada al máximo por la búsqueda de recursos económicos en tiempos de crisis.