Tras un lapso de dos años, que pudiera ser resumido en tan solo un periodo de gracia, China vuelve a ocupar un lugar central en la opinión pública venezolana, por su potencial incidencia sobre el futuro inmediato de la crisis.
Por otra parte, la falta de transparencia en el manejo de los contratos y la estrategia de ejecución de los recursos provenientes de la nación asiática, harán de la gestión de los acuerdos bilaterales , uno de los casos de corrupción más emblemáticos de los últimos 20 años.
Los economistas Luis Arturo Bárcenas y Guillermo Arcay de Ecoanalítica, manifestaron que más allá de lo afirmado por el ejecutivo nacional, en líneas generales, los objetivos no se alcanzaron. Sin una renovación del periodo de gracia y con un desembolso limitado y severamente comprometido y, por ende con escasos grados de libertad en su uso, el oficialismo se dispone a enfrentar un cuarto trimestre y todo el 2019 con el mismo conjunto de herramientas con las que contaba antes de las negociaciones.
“Si la caída en la producción petrolera persiste, y frente a las mayores erogaciones por los diferentes litigios legales que involucran a la República, Venezuela podría enfrentar una futura cesación de pago de sus compromisos con China”, así lo aseveró Luis Arturo Bárcenas durante el programa “Ecoanalítica Radio”.
Desde el primer desembolso en el año 2008, China ha fungido como uno de los principales aliados de Venezuela en el frente externo. En un entorno marcado por un precio elevado del petróleo y la producción estable, en torno a un promedio de 2,84 millones de barriles diarios, China otorgó 45.000 millones de dólares, el 83,3% del total de los desembolsos hechos a Venezuela durante los últimos diez años.
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