No ha tenido que resultar fácil para la dirección de Microsoft desconectar definitivamente del respirador automático a Windows Mobile, que en sus diferentes variantes y versiones, ha intentado a la desesperada hacerse un hueco en el segmento de los móviles. El gigante de Redmond ha confirmado que abandona a su suerte los desarrollos de la plataforma, tanto en lo tocante a software como a hardware, que ya “no es prioritaria” en la estrategia de la empresa. Aunque con una cuota testimonial y que escapaba a todos los registros, Microsoft seguía viva en el mercado de los móviles con Windows 10 Mobile, la última versión de una plataforma que nunca cuajó en el mercado.

El anuncio ha llegado, además, de una manera fría y casi accidental; Joe Belfiore, máximo responsable de la plataforma, recibió la pregunta a bocajarro de uno de sus seguidores en Twitter: “¿Ha llegado el momento de abandonar la plataforma Windows Mobile?”, y la inesperada respuesta del máximo responsable de la misma cayó como un jarro de agua fría. “Depende de qué perfil de usuario seas”, tuiteó para después rematar: “No vamos a desarrollar más software ni hardware, no entra en nuestros planes”. Y lo cierto es que la respuesta no debería sorprendernos del todo: Windows Mobile se perdía en las estadísticas de uso, y en las últimas mediciones, el sistema operativo apenas era utilizado por un 0,3% de los estadounidenses; una cifra que raya la anécdota y que sitúa a la plataforma en un nicho marginal sentenciado a muerte.

De la soberbia a la retirada

Y la sentencia ha llegado, quizás demasiado tarde. ¿Cómo se ha llegado hasta este punto? Para tener una fotografía completa del acontecer de la plataforma, debemos viajar en el tiempo al año 2007; en ese momento, el mercado de los móviles era dominado con mano de hierro por Nokia, BlackBerry y Microsoft luchaba por robar puntos a los segundos en el segmento empresarial con Windows Mobile, su versión móvil de la plataforma. Ese status quo estaba a punto de verse alterado para siempre y nadie lo sabía: Apple presentaba ese año el iPhone y se ve que algunos no se tomaron muy en serio al recién llegado.

Uno de ellos fue sin duda Steve Ballmer, en la época, presidente de Microsoft, quien en una de las intervenciones más desafortunadas que se recuerda en el mundo de la tecnología, ridiculizó al iPhone, riéndose de su ausencia de teclado físico y de su desorbitado precio. El tiempo no tardó mucho en poner a cada uno en su sitio, pero Microsoft nunca tiró la toalla. Al gigante siempre se le ha criticado por su falta de previsión ante la avalancha móvil que se avecinaba e intentó en todo momento enderezar una nave condenada a la zozobra.

Parte de esta trágica historia la ha resumido en 140 caracteres el propio Belfiore explican el porqué del abandono: “Hemos intentado incentivar el desarrollo de apps, pagado dinero e incluso hemos desarrollado nosotros nuestras propias aplicaciones”. El directivo se refiere a la humillación que ha vivido la compañía en su infructuoso intento, a golpe de talonario, de atraer a unos desarrolladores ya completamente centrados en el iPhone y Android. Por entenderlo, una plataforma no es nada sin aplicaciones, y para que haya aplicaciones, los desarrolladores deben ver rentabilidad en la misma, medida en número de usuarios. Una pescadilla que se muerde la cola: si no se venden móviles, no hay apps, pero no se venden móviles porque no hay apps.

La nueva estrategia Microsoft

Sería fácil deducir que la firma ha abandonado por completo el mercado de los móviles, pero realmente esto dista mucho de ser cierto: Microsoft lleva ya meses adoptando una nueva estrategia, y no parece irle mal, por cierto. En esta segunda función, el gigante ha hecho el suyo el dicho de “si no puedes con tu enemigo, únete a él”, apostando fuerte por desarrollar apps de gran valor añadido en las plataformas rivales. Esta nueva estrategia de Caballo de Troya persigue seducir a los usuarios desde dentro, que los propietarios de iPhone y Android disfruten tanto con las apps de la compañía, que al final acaben mordiendo el cebo.

¿Y cuál es el cebo? Los servicios de la compañía, unificados en el mercado de consumo bajo el paraguas de Office 365. Microsoft ofrece un pack de alto valor añadido por un precio anual muy asumible por el grueso del mercado; se trata de una vuelta a sus orígenes como empresa desarrolladora de software, desviando la batalla por el hardware a la plataforma Surface, donde ahí sí, hace frente con toda la cacharrería a sus rivales.

 

Créditos: El País