Numerosas investigaciones han encontrado que empresas con mujeres en sus juntas directivas incrementan su capacidad de innovación en un 83%, su rentabilidad en un 15% y el retorno sobre inversión en un 5%. La diversidad y la inclusión son un buen negocio. (Catalyst.org 2016). La representación de mujeres CEOs en Venezuela es menor al 1%. A pesar de que la mayoría de los graduados universitarios son mujeres (Data INE). En Venezuela, la tasa de desempleo es más alta en mujeres con un 8,4% en abril 2016 (Data INE). En Venezuela, 3 de cada 10 mujeres en edad productiva se dedica a quehaceres del hogar (Data INE). La incorporación masiva de mujeres al sector productivo, pudiera aumentar el crecimiento en la región en un 34% (estudio CAF). La mayor proporción de empleadores de este país son hombres y las mujeres son las “dueñas del hogar”, como lo demuestra un estudio con data INE desde 1989 al 2015.

Estos y muchos otros motivos llevaron a un grupo de empresas a unir fuerzas para impulsar la inclusión y el empoderamiento femenino por medio de la difusión de información y buenas prácticas que contribuyan a construir culturas organizacionales inclusivas a través de la Alianza Venezolana de Empresas por el Liderazgo de las Mujeres (AVEM).

Desde que nací estoy oyendo que vivimos en un país en crisis y el tema de las mujeres queda siempre relegado. Nosotras estamos aquí para decir que sí es importante y necesario que nos avoquemos a esto porque la democracia se sustenta en la participación plena de todos la que la integran y, siendo nosotras un 50% de la población, no tiene ningún tipo de justificación que en las altas esferas de los poderes políticos y económicos estemos un poco desdibujadas, por no decir invisibles.

Data arrojada recientemente por la auditora internacional Grant Thornton indica que, a nivel global, las mujeres ocupamos el 25% de los puestos ejecutivos, mostrando un progreso de apenas un 1% en los últimos 5 años. A este ritmo, la auditora estima que faltarían como 35 años para alcanzar una participación femenina plena en las organizaciones privadas.

“Hay una serie de elementos organizacionales de empresas hechas a lo masculino que impiden que las mujeres, además de tener una carga laboral dura, no remunerada y real, no tengan espacio en estas organizaciones para poder ascender. A lo interno de las empresas hay que hacer mucho trabajo para propiciar espacios donde las oportunidades estén repartidas en partes iguales y no haya discriminación por sexo”, aseguró Reina.

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