Tuvimos la oportunidad de conversar sobre el rol de la mujer en la economía, con unas 20 mujeres de empresas de Maracaibo, gracias a la apertura de la Cámara de Comercio de Maracaibo, en la persona de quien fuera su presidenta, Amaya Briner.

¿Por qué es importante que cada vez más mujeres se involucren en las posiciones de poder de las empresas? Estas son algunas de las razones que compartimos:

  • Compañías con presencia de mujeres en las Juntas obtienen un 36% de ROI, según MSCI World Index (1650 compañías)
  • Fuerte Liderazgo femenino trae beneficios monetarios. Por lo menos 3 mujeres en la Junta o una Mujer CEO y otra en la Junta directiva
  • Investigaciones de la Psicología Social muestra que equipos con mayor diversidad de género toman mejores decisiones y son más innovadores
  • Compañías con más mujeres directoras están menos expuestas a escándalos de corrupción.
  • Sólo 2% de las empresas tienen estrategias para capacitar a mujeres y que éstas alcancen puestos de mayor liderazgo
  • De entre las mujeres millennials, 30% afirma que nadie se hace responsable de apoyarlas en su trayectoria hacia puestos de mayor autoridad. Los hombres de su generación entrevistados no opinaron al respecto, pero expresaron que esa tarea le toca “a todos”, especialmente a Recursos Humanos.
  • Tal visión demuestra una cultura masculina arraigada sin importar la edad; romper con ese sesgo inconsciente y con los estereotipos “no es fácil”, pero ellas necesitan hacerlo sin desertar en el camino.

Ya en consejos otro post dábamos consejos a los empleadores y responsables de los departamentos de RRHH para que aseguraran mayor equidad e igualdad en los espacios de trabajo. Aquí hay algunos adicionales:

  • Contrata empleados que valoren a las personas (sin hacer distinción de género).
  • Promueve la cultura de cambio e inclusión. Los programas por sí solos no funcionan.
  • Directores (as), ¡sean explícitos! Si dicen que sí a más talento femenino digan ¿cuándo y dónde?
  • Inclusión responsable: hay que establecer objetivos medibles y alcanzables respecto a atraer y capacitar más mujeres. Donde no hay métrica no se avanza.

Las participantes del taller identificaron, asimismo, los problemas que ellas como mujeres confrontan en sus lugares de trabajo:

  • Uso del tiempo: ¡no alcanza!
  • Manejo de las emociones: nos critican por ser muy “emocionales”
  • Conciliación familia y trabajo
  • Sesgos y estereotipos acerca de la superioridad del liderazgo masculino
  • Falta de modelos líderes femeninas
  • Discriminación para la contratación de mujeres por aplicarles filtros que no le aplican a los hombres
  • Hombres que se roban el crédito por tu trabajo
  • Cánones de belleza o apariencia que generan presión y estrés.
  • Ley Orgánica del Trabajo de Venezuela que no ayuda a seleccionar mujeres por lo extenso de la licencia pre y postnatal

Todos estos obstáculos conforman mecanismos institucionalizados de exclusión, conocidos como el Techo de Cristal, el Suelo Pegajoso, o la Escalera Resbaladiza. Están allí como parte de la cultura que nadie cuestiona y que explica por qué tan pocas mujeres llegan a posiciones de dirección, como se observa en este gráfico de Onu Mujeres:

En Venezuela, los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), señalan una dramática disminución en la cantidad de mujeres trabajadoras que disfrutan de la seguridad social, que desde 1995 perdió 20 puntos de cobertura hasta 2010.  Las mediciones sobre la informalidad (Isabel Pereira, CEDICE) revelan la primacía de las mujeres y su incremento en los últimos años. La tasa de desempleo de las mujeres es de un 9,2 %, mayor que la de los hombres.  Hay una significativa brecha salarial, que llega a oscilar entre el 14.2 y el cerca de 40%, en diversas actividades y regiones. Más de la mitad de las empresas venezolanas nunca han tenido una mujer en su Directiva. Se registra caída de la tasa de empleo de las mujeres con hijos pequeños a cargo.

Pero este panorama, lejos de desestimularnos, nos lleva a la determinación de Empoderarnos para lograr cambiar las cifras. Empoderamiento que se basa en tres pilares: el trabajo como fuente de aprendizaje, los estudios como base para el conocimiento y el ejercicio del liderazgo en todos los espacios donde podamos participar.

Con estas compañeras marabinas el compromiso es real. Ya comenzamos a quitar vendas, a generar conciencia, a difundir el mensaje feminista que busca igualdad de oportunidades y generación de espacios laborales más equitativos y justos para todos, hombres y mujeres.

¡Gracias chicas maravillosas por su tiempo y determinación empoderadora!