Las labores para recoger el petróleo vertido en el río Guarapiche, como consecuencia del derrame del viernes de la semana pasada, ayer presentaban un avance de 50%, por lo que la suspensión del servicio de agua potable a Maturín, estado Monagas, continuaría una semana más, informó el sindicalista José Bodas.

El directivo de la Federación Única de Trabajadores Petroleros de Venezuela señaló que la respuesta tardía de las autoridades en atender la emergencia hace más complejo recoger entre 1.000 y 1.500 barriles de crudo esparcido, y es necesario que no queden trazas en el río para poner en funcionamiento la planta potabilizadora de agua, apagada desde el sábado pasado. Y añadió que el derrame de crudo también dañó sembradíos de maíz, maní y yuca.

Bodas insistió en que el personal de la industria rechaza la detención de los operarios de la planta de Recuperación Secundaria de Oriente del Complejo Operacional Jusepín, por lo que anuncia que habrá más protestas. “Estos compañeros son utilizados como chivos expiatorios por las autoridades de Petróleos de Venezuela, cuando el accidente se debe a la falta de inversión y mantenimiento de las instalaciones”.

Señaló que la mayoría de las tuberías de petróleo y gas presentan perforaciones por la corrosión y que las llaves y válvulas no cierran bien porque están vencidas, lo cual ocasiona desde el goteo de hidrocarburos hasta un derrame por los cambios de presión, como el registrado en el río Guarapiche.

Insistió en que la acción de las autoridades de culpabilizar de inmediato a los trabajadores petroleros obedece a que el impacto del derrame resulta evidente, pues la mancha de crudo no se puede ocultar a lo que se suma que más de 140.000 habitantes de Maturín están sin agua, lo cual afecta la imagen del oficialismo ante las próximas elecciones de concejos municipales.

“Los venezolanos todavía esperan que Pdvsa dé a conocer los resultados de la investigación y los responsables de la explosión e incendio de la refinería de Amuay”, expresó el sindicalista. El siniestro ocurrió el 25 de agosto de 2012 con 41 personas fallecidas y 86 heridas.

No fue sabotaje

El jueves, 300 empleados de Petróleos de Venezuela protestaron en la sede de Pdvsa Maturín para exigir la libertad de los 4 trabajadores detenidos por el derrame en el río Guarapiche del viernes 6 de junio, que fueron trasladados a la cárcel de La Pica. El sindicalista Luis Olivares negó que los compañeros realizaran sabotaje, pues la causa del accidente es la desinversión y el abandono de las instalaciones petroleras.

Recordó que los trabajadores advirtieron con anterioridad a las autoridades de Pdvsa que podía producirse un derrame si no tomaban las previsiones del caso. Keith Lucena, dirigente del Sindicato Petrolero Socialista Unido de Venezuela, rechazó “la criminalización de la clase trabajadora” al referirse a los acusados de impericia e inobservancia de los procedimientos cuando sucedió el derrame.

Yoxianny Báez, trabajadora de Pdvsa y miembro del Consejo Legislativo de Monagas, lamentó la posición “sesgada tipo militarista de quienes dirigen la industria”. Agregó que propondrá al Parlamento estadal nombrar una comisión para estudiar lo ocurrido.

 

Créditos: El Nacional

 

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