Carlos Masia, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Fabricantes y Dstribuidores de Electrodomésticos (Anafade), indicó que la situación es realmente crítica, debido a la dependencia que tiene el sector con las divisas, agregando que se encuentran muy golpeados en la fabricación; y el ensamblaje local es muy escaso.

En la actualidad las pocas empresas que quedan dependen de la importación para traer los insumos de materias prima para el ensamblaje. Realizó un recuento, y expresó que de 370 millones de dólares que obtuvo el sector en el año 2014 pasaron a menos de cinco millones en el 2017 y en lo que va de 2018 no han recibido divisas.

Aseguró que en Venezuela se está ensamblando de poco a nada y la situación es muy grave a nivel de población, con productos esenciales como una nevera o una cocina, que de acuerdo con la última encuesta del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en el año 2011 sobrepasaban el 90 % de penetración en los hogares. «Las pocas empresas que están ensamblando en el país no son capaces de cubrir la demanda», aseveró.

Para reactivarse la industria y poder operar, se debe sincerar el tema cambiario y abrir una ventana, que permita a las empresas con dólares propios importar mercancía, pero con el reconocimiento del verdadero valor de la divisa, además de una política de ensamblaje que sirva de incentivo para la producción local.

En los que respecta a las empresas que representan entre el 80% de las principales marcas comerciales del país, están paralizadas o cuentan solo con dos o tres empleados.

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