Las compras públicas locales a la agricultura familiar podrían aumentar la seguridad alimentaria y la nutrición en América Latina y el Caribe

Estudio de Naciones Unidas evidencia que destinar compras públicas de alimentos a productores locales de agricultura familiar puede estimular la producción, diversificar las dietas y generar un crecimiento económico inclusivo.

Panamá/Santiago de Chile, 2 de diciembre de 2025.–  El nuevo informe “Mejorando la seguridad alimentaria y la nutrición mediante las compras públicas locales de alimentos a la agricultura familiar, presentado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) revela el potencial transformador de las compras públicas de alimentos a pequeños productores para fortalecer la seguridad alimentaria y la nutrición en América Latina y el Caribe. 

La agricultura familiar representa el 81 por ciento de las explotaciones agrícolas en la región, pero enfrenta desafíos persistentes como la baja productividad, el acceso limitado a mercados y la vulnerabilidad ante fenómenos climáticos extremos. Al canalizar el gasto público hacia este sector, los gobiernos crean una demanda estructurada que estimula la producción, diversifica las dietas y genera un crecimiento económico inclusivo. 

En 2024, América Latina y el Caribe registró una reducción de 1,5 millones de personas que dejaron de padecer hambre. Sin embargo, la región todavía enfrenta grandes desafíos, 181,9 millones de personas no pueden costear una dieta saludable y la pobreza rural continúa siendo preocupante.

Ante este escenario, las agencias de Naciones Unidas presentaron un informe que evidencia como las compras locales ofrecen una solución rentable al aprovechar los presupuestos públicos y proporcionar alimentos nutritivos mientras se fomenta el desarrollo económico y social. 

El evento de presentación fue inaugurado por el Subdirector General y Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, Rene Orellana Halkyer, quien resaltó que “Promover la compra local de alimentos producidos por la agricultura familiar se ha consolidado como una política clave para avanzar en esa dirección. Esta estrategia vincula la demanda del Estado con la producción local y redefine cómo el gasto público puede impulsar el desarrollo y mejorar la nutrición en la región. Sin embargo, la agricultura familiar enfrenta barreras estructurales como la baja productividad, el acceso limitado a los mercados y una alta vulnerabilidad climática, que requiere políticas como las compras públicas”.


Por su parte, Lola Castro, Directora Regional del PMA para América Latina y el Caribe señaló que “Las compras públicas a pequeños productores son más que un mecanismo de suministro: son una poderosa herramienta para la inclusión y la resiliencia. “Los alimentos de circuito corto y kilómetro cero multiplican las oportunidades económicas para las comunidades, salvaguardan el patrimonio culinario y contribuyen a la salud pública, ya que los productos se cosechan en su punto óptimo y tienen un tiempo de traslado más corto desde la granja hasta el consumidor, lo que resulta en un mayor valor nutricional”, agregó. 

El estudio muestra que los países que destinan parte de sus presupuestos de compras públicas de alimentos a productores locales de la agricultura familiar obtienen beneficios significativos: por ejemplo  en Brasil la evidencia señala que los productores participantes pueden aumentar sus ingresos hasta en un 106 por ciento, además que la participación femenina en los mercados públicos de alimentos aumenta del 23 al 61 por ciento, demostrando que estas políticas pueden promover la equidad; mientras que en Honduras y Guatemala se generan 478 empleos por cada millón de dólares invertido.

Este enfoque convierte el gasto público en un poderoso motor para el desarrollo rural, creando mercados estables para los agricultores a pequeña escala y promoviendo un crecimiento económico inclusivo. 

Marco Llinás, Director de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la CEPAL, expuso: “no basta con conectar a los productores con los mercados; se requieren políticas que fortalezcan sus capacidades productivas, tecnológicas y organizativas. Solo así podrán mejorar su productividad, integrarse en cadenas dinámicas y sostenibles e incrementar sus ingresos, mientras se impulsa el aumento de la producción, se reducen los precios para los consumidores y se contribuye a garantizar la seguridad alimentaria de la población”.


El informe señala que, para escalar el impacto de las compras públicas, es clave aprovechar las sinergias entre las compras públicas y los demás esfuerzos de desarrollo productivo en materia de ciencia, tecnología, innovación, extensionismo tecnológico, talento humano, financiamiento, calidad, entre otros.

Asimismo, la publicación ofrece información y referencias para que responsables de políticas, organismos para el desarrollo y la sociedad civil puedan seguir impulsando enfoques sistémicos basados en evidencia que integren la compra local en las estrategias nacionales de seguridad alimentaria y desarrollo rural.

NOTA DE PRENSA