Cientos de Venezolanos están en diferentes países, a la espera de poder regresar al suyo, motivado a la crisis de la Pandemia del Coronavirus, la cual los ha afectado mucho más no solo a nivel de salud, sino también migratorio-legal.
Están durmiendo en el piso, sin dinero, bajo 38 grados de calor, esperanzados de volver a su hogar después de una larga travesía por países como Colombia, Perú, Ecuador, entre otros.
María Laura Aldana, una venezolana de 29 años, contó su historia sobre los últimos 30 días, en los que atravesó Colombia a pie, en mula, y en camión, para llegar a “La Parada”, que es donde ahora se encuentra, la última población antes de cruzar a Venezuela.
Perdieron el empleo y ya no pueden enviar dinero a Venezuela
Aldana, quien residía en Lima, Perú, decidió regresar a Venezuela porque la pandemia del coronavirus acabó con la razón de su partida de dicho país: un trabajo como costurera que le permitió durante un año enviar dinero a casa de su familia, donde cuidan de su hija.
Tras un mes de recorrido, se encontró con el obstáculo que por más tiempo la ha mantenido quieta: el puesto migratorio de las autoridades venezolanas. «Crucé todo un país a pie para nada», sentenció Aldana.
Así como ella, se encuentran alrededor de cinco millones de venezolanos que han salido de su país durante la última década por la crisis económica, y de los cuales un tercio está en Colombia.
Y el 90% de estos, según el Observatorio Venezuela de la Universidad del Rosario, en Bogotá, vive de la economía informal.
Ronal Rodríguez, politólogo, internacionalista e investigador del Observatorio, indicó:
«Nuestro temor es que esta población quede como en una especie de mesa de ping pong, porque no los dejan entrar a Venezuela»
«Presentan también rechazo en Colombia, y que por eso tengan que someterse a mayores riesgos, como pasar por trochas en manos de bandas criminales para resolver su situación».
Desde que comenzó la cuarentena en Colombia, el 25 de marzo, al menos 71.000 venezolanos, según cifras oficiales, han vuelto a su país porque su principal fuente de dinero, (el comercio informal), está temporalmente fuera de servicio.
A partir de ese momento, el gobierno de Venezuela ha ido reduciendo el número de personas que dejan entrar al día, y, con eso, se han aglomerando más personas sin recursos.
Sin cama, sin fuerzas, en una de las fronteras más peligrosas del mundo. (Hoy la fila tiene medio kilómetro)
El gobierno venezolano ha sostenido durante la pandemia que los contagios son “importados”, y que la enfermedad en Venezuela está siendo controlada bajo los protocolos correctos de seguridad y protección.
Cancillería y vicepresidencia enfocan cifras de contagio en repatriados
En este sentido, el pasado martes, Jorge Arreaza, canciller de Venezuela, aseguró que el manejo sanitario en Ecuador, Colombia y Perú, es pésimo.
Indicó que «8 de cada 10 de los casos de Covid-19 en Venezuela, provienen de tales países”
Mientras que Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, dijo que «Colombia miente en cuanto a sus casos reportando 256 casos en la frontera cuando el país hermano reporta 1.255 casos”.
En últimos días, Nicolás Maduro anunció que las Fuerzas Armadas se desplegarán a la frontera para impedir el ingreso de venezolanos al país a través de pasos informales.
Estos corredores informales son conocidos como «trochas»; a diferencia de las entradas oficiales, por las que solo entran 300 personas al día; 3 días a la semana.
Las cifras oficiales de contagios en Venezuela son muchos menores que las de otros países en la región.
Expertos aseguran que allí también puede haber subregistro y que el aislamiento aeronáutico del país pudo contribuir a contener al virus.
Con Información de BBC Mundo
