Famosas escritoras ocultas tras seudónimos

Famosas escritoras ocultas tras seudónimos. Si Virginia Woolf estuviera en lo correcto con su frase, «Me atrevería a aventurar que Anónimo, que tantas obras ha escrito sin firmar, era a menudo una mujer», detrás de grandes obras de la literatura, podría haber estado la pluma de una escritora.

No se conoce quiénes escribieron El cantar del Mío Cid o el Lazarillo de Tormes, tal vez la historia les siguió negando el protagonismo a las mujeres y no lo sabremos nunca.

Son conocidos hoy en día los casos de mujeres que ocultaron su identidad por varias razones, las escritoras huían de polémicas por prejuicios de la época en la que les tocó vivir.

Famosas escritoras ocultas tras seudónimos

Una mujer en Berlín, narra con toda su crudeza,  los últimos días de la Segunda Guerra Mundial y los primeros de la entrada del Ejército Rojo en la ciudad. Se publicó de forma anónima para respetar  la privacidad de esa fémina que relata  en primera persona las violaciones sufridas por parte de los soldados rusos. Su nombre,  Marta Hillers.

Caso similar ocurre con la literatura erótica. La pasión de Mademoiselle, reúne cartas encontradas casualmente  escritas en los años veinte en Francia. Se publicó como anónima para respetar  la intimidad de su  autora.

Pregúntale a Alicia, el diario de una adolescente en los años setenta, ha sido considerado un long-seller y aunque se pensó que era verdadero, luego se catalogó  como obra de ficción. A pesar de  su carácter anónimo, su autora fue  Beatrice Sparks.

Jane Austen es un caso famoso. En 1861, su libro más conocido, Sentido y sensibilidad fue firmado «by a Lady» (por una mujer). Se reconoce que es una mujer, más no se revela su nombre.

Mujeres “masculinas”

Las hermanas Brontë (Charlotte, Emily y Anne) escribieron sus primeras obras, incluida la gran Cumbres borrascosas, bajo los seudónimos de Currer, Ellis y Acton Bell, para evadir los juicios de la época sobre las mujeres escritoras.

Por su parte, la autora de Mujercitas,  Louisa May Alcott, utilizó el ambiguo seudónimo A.M. Barnard.

George Sand cuyo  nombre real era,  Amantine Lucile Aurore Dupin, vestía como hombre y fumaba en público. Esta escritora francesa amante de Chopin, ganó afectos y enemistades por sus ideas sobre el género, la moral y la política en pleno siglo XIX.

La famosa película Mary Poppins se basa en un libro publicado por P.L. Travers, siglas que en realidad escondía el nombre de Pamela Lyndon Travers.

En la literatura española está el caso de Fernán Caballero, que en realidad era Cecilia Böhl de Faber, autora de La gaviota (1849).

La  novela muy conocida del siglo XX, Memorias de África, fue obra de Isak Dinesen. Aunque, en realidad, no era más que el seudónimo de la baronesa Karen von Blixen-Finecke, protagonista del libro. El objetivo era, ocultar el carácter autobiográfico de la novela.

Alice Sheldon nació en 1915 y fue escritora de ciencia ficción. En 1968 bajo el pseudónimo de James Tiptree Jr, escribió temáticas feministas y cuestionamientos sobre los roles de género.

Nelle Harper Lee se hizo llamar  Harper Lee y escribió la magistral novela To Kill a Mockingbird (1960), conocida en  español como Matar un ruiseñor  que habla del racismo, la inequidad de clases y los roles de género, temas bastante controversiales  en el siglo XX.

Usar un nombre masculino, puede hoy en día, ser una estrategia de mercadeo. J.K. Rowling, autora de Harry Potter, se vio obligada por sus primeros editores a utilizar sus iniciales, en lugar de su verdadero nombre, Joanne. Le argumentaron que el manuscrito de Harry Potter estaría dirigido a lectores jóvenes y masculinos, que podrían ser prejuiciosos  a la hora de leer una obra de ese estilo escrita por una mujer. Eran finales de los años noventa.

Rowling fue criticada por usar el  seudónimo masculino de Robert Galbraith para El canto del cuco (2013).

Casadas y anónimas

La escritora francesa Colette alcanzó el éxito a comienzos del siglo XX con la serie de novelas Claudine   que no se publicaron a su nombre sino con el de su marido, Henry Gauthier-Villars, apodado «Willy», quien suplantó su autoría, y tuvieron que pasar muchos años antes de que ella fuera reconocida.

Se cree que hombres se apropiaron de los contenidos creativos de sus mujeres en distintas disciplinas artísticas. En literatura está el ejemplo de Zelda Fitzgerald en la obra de su esposo y autor de El Gran Gatsby, F. Scott Fitzgerald.

Famosas escritoras ocultas tras seudónimos; mujeres inteligentes, asertivas y talentosas. Siempre pioneras. Escritoras que dieron el primer paso para que se les  aceptara como un igual en la sociedad.

Feliz Día Internacional de la Mujer!!!

Con información de Qué Leer.


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