El investigador y académico Luis Pedro España afirmó que Venezuela supera a todos los países de América Latina en desnutrición crónica, de acuerdo con una encuesta para el diseño de políticas sociales realizada en marzo de 2017, con elementos antropométricos. Según los resultados, el indicador de pérdida de talla alcanzó 28 % por desnutrición crónica en niños con menos de dos años de edad en sectores de menos recursos, mientras que en los países de la región es de 11,8 %.
“Esta situación de verdadera catástrofe social hace que no solo aumente la brecha entre los estratos, sino también entre las regiones; la pobreza es más severa en unas zonas más que en otras, y hay que detenerla”, indicó durante su intervención en el Foro perspectivas 2018: ¿hay fondo?, realizado por la UCAB. “Cuando pensamos en pobres pensamos en los cerros de Caracas, pero la pobreza más severa está en las zonas semiurbanas y rurales del país. La desigualdad territorial, además de un conjunto de políticas públicas que condujeron a la destrucción de la descentralización, está creciendo de una forma muy importante”, agregó.
En el análisis del tema social para el año próximo y las posibles estrategias de supervivencia, España afirmó que, si bien países de la región han vivido un proceso de hiperinflación y de empobrecimiento masivo, Venezuela se diferencia del resto porque lleva más tiempo padeciéndolo. “Por lo menos desde 2012, en la oportunidad electoral, comenzó el desabastecimiento importante en hogares, en que había dificultades pero se conseguía comprar yogurt aunque no leche para niños. Sin embargo, hace cuatro años, cuando comenzó a caer 35 % del PIB, esto trajo una consecuencia social. Estamos entrando en una etapa de crisis social severa y de efectos irreversibles que también lo serán para el futuro del país”.
Se refirió a personas, niños y jóvenes que, si antes se dedicaban a estudiar o a actividades útiles como cuidar personas de tercera edad o con discapacidad, ahora trabajan para contribuir con el ingreso familiar, lo cual se traduce en deserción escolar y disminución de matrículas. “Cuando las vemos por nivel de quintiles en la población, notamos una verdadera tragedia, una segmentación de sociedad venezolana: entre jóvenes mayores de 18 años, en el quintil más rico, 78 % estudia, y en el más pobre, solo 18% está estudiando; y eso aumentará en 2018”, aseguró.
“Lo que estamos viendo en 2017 y seguiremos viendo en 2018 es no solo una crisis de ingreso, sino una estructural que tiene que ver con el tema educativo y de la salud”, dijo.
Señaló que no puede esperarse un cambio político para ocuparse de los problemas sociales: “Hay que tratar de parar la caída del consumo; hay que atender los grupos específicos de la población, y dar una comida diaria en escuelas para aumentar los niveles de escolaridad. La única forma de resolver los problemas sociales es solucionar el problema económico”.
Créditos: El Nacional
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