El día de hoy, martes 20 de febrero del 2018, el Gobierno Nacional hizo el lanzamiento oficial de la criptomoneda venezolana denominada como el “petro”, la cual se encuentra respaldada por recursos petroleros. El encargado a dar inicio al proceso de preventa fue el vicepresidente de la República, Tareck El Aissami; “en adelante el petro serviría como una poderosa iniciativa del Gobierno bolivariano (…) un mecanismo liberador sin lugar a duda, inspirado en el genio del comandante Hugo Chávez”, afirmó.

En este sentido, Richard Obuchi, economista y profesor en el centro de políticas públicas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), aseveró que “hay muy poca información, lamentablemente ha sido, como muchas otras decisiones económicas, un evento caracterizado por la poca transparencia”.

Obuchi se realizó una gran cantidad de cuestionamientos con respecto a esta criptomoneda debido a que, aunque se estableció una ficha técnica con algunos parámetros relevantes a esta criptomoneda, poco se sabe realmente sobre ella; “si esta es una moneda, ¿para qué necesitamos otra moneda en este momento, cuando tenemos este profundo deterioro del bolívar?”, fue una de sus interrogantes.

Esta es una moneda particular que el Gobierno quiere vender, y eso revela claramente cuál es la intención del Gobierno con esto; es una forma de extraer recursos a la sociedad, a los venezolanos, a las empresas, para un papel que, la verdad, no tiene ningún uso claro o alguna ventaja evidente”, sentenció el economista. En esta misma línea aseguró que resulta evidente que lo que busca el Gobierno con el petro «son dólares«.

Con respecto a la posibilidad de implementar la criptomoneda venezolana como una moneda de curso legal, con la que se podría pagar salarios o, incluso, la posibilidad de obligar a las empresas a que adquieran esta criptomoneda para adquirir bienes y servios, Richard Obuchi opinó: “yo creo que lamentablemente, si seguimos el camino en el que obligan a algunas empresas algunos de estos petros, quizá tenga la mala idea el Gobierno de pagarle a algunos venezolanos obligaciones laborales con esto; al final lo que va a pasar es que vamos a tener una cantidad de cosas que no tienen ningún valor de uso, es decir, que la gente no desea intercambiar, que no desea aceptar, y bueno vamos a tener que vivir con eso”.

Este Gobierno se ha caracterizado por destruir la confianza que existe en el funcionamiento del sistema económico, por lo que es muy difícil imaginarse unas condiciones en las que esto va a convertirse en nuevo mecanismo para llevar a cabo transacciones”, concluyó de forma determinada el economista.

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