David Cuartielles (Zaragoza, 1974) vio en un viaje a la India que los controladores eléctricos que construía su empresa tenían un impacto en el desarrollo de ese país. El cofundador de Arduino, la firma de hardware y software libre, observó que en las calles de Delhi se vendían la copia y la copia de la copia de uno de los productos que la compañía había creado más de 10 años atrás. Eran más baratos pero para Cuartielles esto no era un problema, sino una muestra de que la tecnología libre de licencias contribuye a hacer más accesibles productos que de otra forma no llegaría a manos de mucha gente. “El software y el hardware libre han permitido que los países emergentes tengan acceso a tecnología que antes no tenían”, apunta en entrevista con EL PAÍS.

Cuartielles ha visitado México para hablar frente a jóvenes en las charlas de EL PAÍS con tu futuro. Durante su estancia en Guadalajara, ha observado a jóvenes construir robots caseros con las piezas que su firma comercializa e incluso ha encontrado una tienda que vende productos inspirados en Arduino. En 2004, él junto con otros investigadores crearon herramientas prearmadas para artistas que no tenía conocimientos de electrónica, pero las piezas se hicieron tan populares que el mundo de la ingeniería y la tecnología las acogieron. “Creamos una herramienta para gente que no tenía conocimientos técnicos previos. Lo que sucedió es que era tan sencillo de usar que muchos alumnos de ingeniería la empezaron a utilizar en sus clases”, cuenta.

El cofundador de Arduino recuerda también el caso de México. En 2007 trabajó en un proyecto con jóvenes del barrio de Iztapalapa donde se propusieron construir robots. Para conseguir los materiales para montar uno acudían a la Plaza de la Computación en el centro de Ciudad de México. Allí solo vendían partes usadas de ordenadores y otros aparatos electrónicos, con esos materiales buscaban la forma de llevar a cabo su proyecto. Cuando Cuartielles volvió a la capital mexicana recientemente se encontró con la sorpresa de que los productos de Arduino habían reemplazado a la chatarra informática. “¡Arduino, sensores, motores!”, gritaban en los altavoces de la misma plaza.

Los ejemplos de la India y México son para Cuartielles la prueba irrefutable de lo que la tecnología libre puede hacer para acelerar el desarrollo tecnológico en esas regiones. Sin embargo, ha notado que existe una tensión en el mercado sobre si acaparar las licencias o abrirlas al público. “La propiedad intelectual se está acumulando en puntos únicos, con lo cual no tendrán necesidad de abrirla y eso lo hará más complicado para mantener cosas abiertas”, advierte. Para él, productos como los de Arduino son un atajo para llegar al diseño de tecnología más compleja. “Tenemos que llegar a una serie de tecnología básicas que sean conocimiento de todos para hacer más fácil llegar al siguiente paso que son las tecnologías más avanzadas. Soy defensor de que eso suceda pero no es lo que estoy viendo en el mercado tecnológico. Las empresas creadoras de chips se están fusionando unas con otras y se vuelve más difícil entrar a ese mercado a competir”, apunta.

Además Cuartielles señala que aunque existe la idea de que las herramientas libres de licencia no pueden ser un negocio, el desarrollo de proyectos con los sensores y las placas electrónicas de su compañía están abonando a la creación de nuevas oportunidades de comercialización. “Creo que la tecnología abierta tiene más probabilidades dado que se ofrece a la cooperación entre diferentes entidades. Lo que ha pasado en los últimos años es que más empresas se han dado cuenta que la tecnología libre genera dinero”, comenta. En la feria tecnológica de Guadalajara los Arduinos se ven en las mesas de trabajo de algunos jóvenes, incluso la youtuber sueca que construye robots Simone Giertz, que también ha acudido a la cita tecnológica, se ha declarado fiel a los productos que Cuartielles y sus socios han creado.

Créditos: El País