Balance de Fedeagro: “Lo que estamos haciendo es recuperar el terreno perdido de hace más de 15 años”

La producción agrícola en Venezuela se ha ido recuperando paulatinamente en los últimos. Sin embargo, Celso Fantinel, presidente de la Confederación de la Asociación de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) deja claro, ya próximo a cerrar 2024, que “básicamente lo que estamos haciendo es recuperar el terreno perdido de hace más de 10, 15 años”.

Sostuvo que cuando el sector se mide año tras año “lastimosamente se ve como crecimiento, pero en 2009 la producción abastecía 77%. Creo que este año vamos a estar por 56%… Nos hemos venido recuperando porque para nada esta agricultura es similar a la de los años 2008, 2009, 2010”.

A su juicio, hubo varios “episodios” que debilitaron la producción agrícola en Venezuela, entre las cuales destacó la expropiación de Agroisleña, que provocó “un quiebre negativo”; el hecho de que Agropatria era la única empresa que podía importar insumos; y la hiperinflación

“Lo que hemos hecho ahora es ir recuperándonos gracias a que nuevamente las importaciones de nuestros insumos están en manos del sector privado. Un altísimo porcentaje de la producción también está en manos del sector privado, al igual que las importaciones complementarias. Por es estamos garantizando la alimentación de los venezolanos”, aseveró el productor.

No obstante, advirtió que hay muchos productores que están sembrando con casi nada de fertilizantes, con pocos agroinsumos, con “maquinarias canibalizadas y desbaratadas. Esta es una situación que ha venido golpeando el campo. Y si bien pudiéramos decir que no crecemos en superficie de siembra, con estos insumos de buena calidad hemos recuperado cierta productividad en el campo”.

Expectativas de Fedeagro para el cierre de 2024

En cuanto a las expectativas para el cierre de 2024, Celso Fantinel dijo que se prevé un crecimiento en el rubro de maíz, aunque el” balance aún no está hecho, pero se trata de una cosecha importante”.

Fedeagro también pronostica un crecimiento del rubro arroz de más de 20% con respecto al año pasado; al igual que el de la caña de azúcar, que “es un rubro que año tras año ha recuperado entre 20% y 22%. Están haciendo un buen trabajo”.

De acuerdo con la información que maneja Fantinel, para el café se estima un crecimiento de 200.000 quintales de café. Es decir, pasar de 950.000 a cerca de un millón doscientos.  “Y eso es positivo”, aseveró.

Con respecto a hortalizas como papa, tomate, cebolla, pimentón, apuntó que “seguramente van a tener un ligero crecimiento porque son rubros castigados por el bajo poder de compra”.

Y todo ello ocurre “en un entorno difícil para el productor” en lo que respecta al tema financiero. Fantinel recalcó que el cobro ahora es en “bolívares, devaluados semana a semana. El caso de hortalizas el cobro es de 30 a 120 días. Lo mismo pasa con el maíz. Tal vez el arroz esté mejor situado como cobranza porque son programas financiados por alguna industria”.

En el caso de la caña de azúcar -agregó el productor- los primeros pagos son para los núcleos de cosecha y luego les corresponde a los productores. “Un productor trabaja todo el año y muchas veces la cobranza se hace tres o cuatro meses después. Tenemos rubros donde la cobranza deja 15 meses mínimo”.

Detalló que, en este momento, mucho maíz está guardado en silos, sin ningún tipo de venta. “Eso nos tiene preocupados para los rubros norte-verano porque un productor sin flujo de caja, sin financiamiento se le pone cuesta arriba realizar nuevas siembras y realizarlas de la manera adecuada”.

En contraste, de acuerdo con Fantinel, se han importado 2.859.000 toneladas de materia prima, lo que ha implicado una inversión de más 1.500 millones de dólares. “No se invierten aquí, se invierten en traer materia prima, donde destaca el maíz amarillo, con 850.000 toneladas; maíz blanco con 270.000 toneladas; arroz con 185.000 toneladas, azúcar con 200.000 toneladas; soya con 400.000 toneladas y trigo con 718.000 toneladas, que es el único rubro que no se puede producir porque es de clima templado y sería lo único que deberíamos estar importando en Venezuela”, apuntó

Entre créditos bancarios y ahorros de los productores

Al preguntarle si ha mejorado la entrega de créditos al sector agrícola, Celso Fantinel respondió: “Sí ha mejorado. Hace cuatro años la gaveta agropecuaria era de 45 millones de dólares y ahora la cartera única supera los 400 millones de dólares, pero es insuficiente porque el sector necesita inversiones de unos 1.500 millones de dólares”.

Entonces, ¿de dónde sale la otra parte del dinero para financiar la producción en el campo? “Sale del ahorro de los productores, de los empresarios que nos venden insumos, fertilizantes, semillas y agroquímicos. Algunas asociaciones están buscando financiamiento en la Bolsa Agrícola y hay inversionistas que están apoyando rubros como el maíz, el café y el azúcar, pero es insuficiente”.

Insistió en que para poder aumentar las hectáreas de siembra se requiere financiamiento. “Es con apoyo de dinero fresco que se pueden acometer estas nuevas áreas, porque cuando dejas de sembrar, las malezas, los árboles vuelven a tomar su lugar. Muchas áreas donde se sembraban maíz, caña, arroz y otros cultivos se reforestaron. Tienes que volver a hacer inversiones para deforestarlas, acondicionarlas”.

Ante ello, ¿el sector agrícola ha hecho intentos de buscar financiamiento afuera? “La industria le está cancelando ahora a los productores en bolívares. Se complica el haber adquirido un crédito en dólares”, respondió Fantinel.

El impacto de la falta de maquinarias y diésel

Además de la falta de financiamiento, aún persisten otros factores que obstaculizan la producción agrícola, como es la carencia de maquinarias y equipos.  Para ilustrar este punto, Fantinel se refirió a un informe del Banco Central de Venezuela de 2014, en el que se habían inventariado unos 58.000 tractores. “Para ese año ya se decía que el 70% de esos tractores tenía la vida útil caduca. Eran tractores de 30 años a 40 años.

Ahora, la cuenta que hace Fedeagro para cubrir esa brecha es que se deberían importar anualmente 4.800 tractores durante una década y según Fantinel, “estamos importando alrededor de unos 400 a 500 tractores”.

En cuanto a cosechadoras, indicó que se necesitan alrededor de 366 y solamente llegaron unas 25. Y en el caso de las sembradoras, el requerimiento es de unas 995, “pero deben haber llegado al país unas 30 a 40”.

En lo que respecta al diésel, el productor aseguró que “no ha empeorado, pero tampoco ha mejorado” y luego están “los cortes eléctricos que para los cultivos como el arroz, la caña y las hortalizas es delicado. Eso ha hecho que no avancemos como nosotros queremos”.