El presidente Nicolás Maduro se declaró dispuesto a dejar de venderle petróleo a Estados Unidos, adonde va casi 40 % del crudo de Venezuela, un arriesgado desafío por los problemas para pagar la abultada deuda externa y la caída de la producción.
«El día que ellos no quieran que le vendamos nuestro petróleo, agarramos nuestros cachivaches y (…) vendemos todo nuestro petróleo para el Asia, no tenemos problema», dijo Maduro al posesionar este martes al general Manuel Quevedo como nuevo presidente de la estatal de energía Pdvsa.
El mandatario socialista lanzó el reto a su homólogo Donald Trump antes de la reunión de la OPEP el jueves en Viena, donde los miembros del cártel y sus socios petroleros intentarán prorrogar el acuerdo que limita la producción.
Maduro acusa a Washington de liderar una «persecución financiera» contra Venezuela, a la que Trump impuso sanciones en agosto pasado.
Esas medidas prohíben a ciudadanos y entidades estadounidenses transar nueva deuda pública venezolana, una cuestión delicada en momentos en que el país y Pdvsa fueron declarados en default por un grupo de acreedores y agencias calificadoras de riesgo. Esto, debido a retrasos en el pago de cientos de millones de dólares de intereses de bonos.
Mejor cliente
Maduro busca renegociar la deuda externa, que se calcula en unos 150.000 millones de dolares, de los cuales 30 % corresponden a Pdvsa.
«Míster president Donald Trump: usted decide, mi compadre. Si quiere que nosotros sigamos vendiendo petróleo, vendemos petróleo; si un día usted se deja calentar la oreja por los locos extremistas de derecha, Venezuela agarra sus barquitos y se lleva su petróleo al mundo y lo vendemos igualito», insistió Maduro entre vítores de cientos de trabajadores de Pdvsa.
En la práctica, Estados Unidos es el mejor cliente de Venezuela, al que compra 750.000 de los 1,9 millones de barriles diarios (mbd) que produce.
Es su principal fuente de caja, pues 36 % de la producción se destina a pagar préstamos de China y Rusia. Otro porcentaje se vende a precios preferenciales a países aliados del Caribe como Cuba, según fuentes de la industria.
Venezuela, que posee las mayores reservas de crudo del mundo, deriva 96% de sus divisas del oro negro, por lo que la caída de los precios a partir de 2014 agravó la crisis económica, caracterizada por la escasez de alimentos y medicinas y una inflación que según el FMI trepará a 2.300 % en 2018.
«Un milloncito»
Además de la falta de liquidez, según analistas, la industria venezolana enfrenta problemas estructurales que han provocado una caída en picada de la producción.
El país caribeño colocaba en el mercado 2,27 mbd (millones de barriles diarios) al cierre de 2016, frente a 2,65 mbd en 2015 y 2,68 mbd en 2014.
El retroceso comenzó en 2008, cuando producía 3,2 mbd. Por ello, Maduro puso este martes como reto a la nueva cúpula de Pdvsa aumentar la producción en un millón de barriles, sin precisar un plazo.
«Tenemos que aumentar por lo menos un millón de barriles más de lo que estamos produciendo hoy (…), se los pongo como meta. Un milloncito por ahora», dijo.
El gobernante anunció igualmente una guerra sin cuartel contra la corrupción en Pdvsa, tras el arresto del presidente y otros cinco directivos de Citgo, filial de la petrolera en Estados Unidos.
La Fiscalía los acusa de renegociar unos 4.000 millones de dólares de deuda en condiciones «leoninas», poniendo como garantía a Citgo. El gobierno sostiene que de por medio había una coima de 50 millones de dólares.
El organismo investiga múltiples tramas de corrupción en Pdvsa, algunas de las cuales fueron citadas por el presidente.
«Descubrimos un desastre, robando petróleo, traían barcos internacionales y llenaban de crudo o de productos y cobraban en cuentas personales, verdaderas mafias con ramificaciones», denunció Maduro sin mencionar a los supuestos responsables.
Créditos: El Nacional