El régimen de Nicolás Maduro anunció que bloqueará las remesas familiares y las calificará como “delitos financieros” para aquéllas que se efectúen a través de bancos nacionales con plataformas internacionales.
Ante la necesidad de controlar toda la economía venezolana y de buscar modos para percibir divisas, la dictadura estaría analizando la manera de también interferir en las remesas que envían familiares desde el exterior.
La Superintendencia para las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) informó que desde países como Colombia y Panamá, se envían remesas utilizando el sistema financiero nacional mediante los bancos que poseen plataforma internacional.
La superintendencia no especificó en qué consisten esas medidas de control, sin embargo, el pasado lunes 8 de enero fue presentada ante el Banco Central de Venezuela (BCV) la propuesta para la activación del nuevo Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (Dicom) a través del cual se incluirán las remesas internacionales enviadas por los venezolanos desde el exterior.
En su ilegítima presentación de Memoria y Cuenta ante la chavista Constituyente, Maduro reiteró durante la presentación de su mensaje anual que los venezolanos que se encuentren en otros países podrán ofertar las divisas enviadas a sus familiares en el sistema Dicom.
“Todas las personas que están enviando remesas. Hay que ir a la captura de eso, al apoyo de eso, con mucho dinamismo, para cualquier persona que viva en el exterior y quiera enviarle 300 dólares a su familia, tenga el sistema, a través de la banca, una cuenta bancaria, y esa cuenta bancaria pueda funcionar de manera directa con el sistema de oferta de Dicom y apoyar a su familia, como pasa en todos los países del mundo”, dijo Maduro.
Cabe destacar que el Estado venezolano tiene desde 2003 el monopolio de la adjudicación de divisas y que el precio del dólar oficial está muy por debajo del que se ofrece a través del mercado negro.
De acuerdo con el economista Alexander Guerrero, el régimen busca quedarse con dólares de las remesas intentando convencer a quienes envían ese dinero que lo hagan a través del Banco Central de Venezuela (BCV); esto, bajo una oferta engañosa de canjear las divisas por PETROS — ilécita criptomoneda chavista creada por Maduro — en descuento.
2. El gobierno busca quedarse con $ de las remeses en el BCV y entregarle Bs , los cuales canjeados por PETRO al 50%/60% de descuento le daria menos Bs que el $ paralelo, Recuerde q los Bs no pueden mantenerse mucho tiempo en las manos, queman, la hiperiflacion los destruye
— Alexander Guerrero (@AlexGuerreroE) 17 de enero de 2018
Trampa “cazabobos”
Pero la verdad es que la iniciativa chavista es una “trampa cazabobos”, porque nadie en su sano juicio invertiría en una supuesta criptomoneda creada por un régimen que mantiene una crisis económica sin precedentes y que mantiene sanciones de países como Estados Unidos; nadie en su sano juicio enviaría divisas al país si sabe que el régimen busca controlarlas.
Ya existen antecedentes en los que el régimen “secuestra” el dinero ajeno enviado desde el exterior; tal es el caso de al menos 69 jubilados españoles que dejaron de recibir su pensión enviada desde España.
Al parecer, sin explicación alguna, el Banco Central de Venezuela les retiene su dinero. La situación no es solo que el régimen se apropió del dinero de estos españoles, sino que además estos pagos que hace España en euros, el BCV los deposita a los pensionados en bolívares al cambio oficial, por lo que el dinero se hace insuficiente.
Pero la realidad es que actualmente las remesas que familiares envían desde el exterior no entran al país en forma de divisas y para el régimen es casi imposible controlarlo.
De hecho, ni siquiera los chavistas en el exterior, incluidos los que están en misiones diplomáticas, envían #remesas a sus familiares usando las tasas de cambio oficial ni mecanismos legales para hacerlo.
Tampoco lo harán si se crea una forma nueva con tasas poco atractivas.— Luis Carlos Díaz (@LuisCarlos) 16 de enero de 2018
Lo que sí existe son transacciones acordadas tanto en territorio venezolano como en el exterior entre miles de personas distintas. Es así: los venezolanos acuden a un intermediario que tiene tanto cuentas en el exterior como en Venezuela.
Este intermediario recibe el dinero en moneda extranjera por parte de quienes desean ayudar a sus familiares en tierra criolla; inmediatamente este utiliza sus cuentas en bancos de Venezuela para transferir en bolívares a los beneficiarios de las remesas.
No existe una conexión directa entre el banco que está en el exterior y el que está en el país suramericano. El dinero nunca ingresa en divisas.
¿Y cómo es que estas personas tienen tanto dinero en bolívares para transferir a los diferentes beneficiarios? pues el origen no está determinado; puede ser tras la venta de bienes, o tras la misma compra-venta de dólares desde Venezuela a través del mercado negro.
Es así como exiliados se comunican con amigos y conocidos que aún están en Venezuela para ofrecerles divisas; y con los bolívares obtenidos por la venta de cada dólar logran ayudar a sus familiares que pasan penurias en el país suramericano. También estas remesas son despachadas a través de páginas web e intermediarios — personas que tienen cuentas en Venezuela con suficientes bolívares—.
Lo que la dictadura busca es alertar a los beneficiarios para luego utilizar al BCV como intermediario. Quedarse con divisas ajenas, y cambiarlas al precio del dólar oficial.
Si el régimen sigue buscando controlar la economía venezolana, siempre existirán nuevas opciones para sortear los controles.
El alivio de las remesas
Venezuela cuenta con la mayor inflación del mundo, la cual este año superará el 1.400 %, según estimaciones de la firma Ecoanalítica; pero, además, tiene el salario más bajo de la región: un venezolano recibe USD $2,20 mensuales como sueldo mínimo, mientras los precios de los productos y alimentos básicos se encuentran en bolívares, pero calculados al dólar negro.
En el exterior hay muchos profesionales que por necesidad y en busca de mejorar sus vidas, trabajan de mesoneros o venden golosinas en los autobuses, otros caminan las calles vendiendo arepas venezolanas; pero todos con una sola misión: emprender y ayudar a quienes se quedaron en su tierra. Estos exiliados y sus remesas, son hoy el “salvavidas” de sus familiares en Venezuela.
Hay que recordar que en el país suramericano hay un férreo control de cambio, donde la libre circulación del dólar (moneda aceptada a nivel mundial) no está permitida, y que al no haber acceso a dicha moneda, el mercado negro es la única manera en que puede adquirirse.
Como las agencias de envío de remesas formales usan la tasa oficial, los inmigrantes han buscado otra forma, a fin de que el dinero enviado les llegue a sus parientes al monto del “mercado negro”.
La “ventaja” que hay para los venezolanos en el exterior, es que el bolívar está tan devaluado que a pesar de enviar menos de la cuarta parte del sueldo a un pariente en Venezuela, cuando se convierte a la tasa paralela, son millones de bolívares.
Por ejemplo el sueldo mínimo en Perú, ronda los USD $250; si le envía a su familiar unos USD $10, ya estaría ayudándole con el monto equivalente a tres sueldos mínimos venezolanos.
Con esto, es un hecho que Venezuela cada día se asemeja más a Cuba tras las restricciones políticas, económicas y sociales emprendidas por ambas dictaduras y enmarcadas en el “socialismo”.
Créditos: PanamPost