El prestigioso Índice de Competitividad Mundial 2025, elaborado anualmente por la escuela de negocios suiza IMD, ha desvelado sus resultados, con una noticia poco alentadora para Venezuela: el país se posiciona una vez más en el último lugar de la clasificación global, ocupando el puesto 69 entre las 69 economías estudiadas. Esta persistencia en la cola del ranking subraya la profundidad de los retos económicos y estructurales que enfrenta la nación sudamericana.
La nota publicada por albertonews señala que mientras economías como Suiza, Singapur y Hong Kong lideran el índice, destacando por su enfoque exportador y solidez monetaria, y España logra ascender una posición (del 40º al 39º), la situación de Venezuela contrasta fuertemente.
El informe del IMD evalúa la competitividad basándose en 20 variables agrupadas en cuatro pilares: coyuntura económica, eficiencia de los negocios, eficiencia gubernamental e infraestructuras. Aunque los detalles específicos del desempeño de Venezuela en cada pilar no se desglosan en el comunicado, su última posición general sugiere deficiencias significativas en múltiples frentes.
Otras economías latinoamericanas también mostraron resultados diversos. Chile se mantiene como el país mejor posicionado de la región, ascendiendo dos puestos hasta el 42º, seguido por Puerto Rico (45º) y Colombia (54º). En la parte inferior de la tabla, Argentina se sitúa en la posición 62, justo por encima de Venezuela.
En la nota difundida, Arturo Bris, economista, profesor del IMD y director del Centro de Competitividad Mundial que elabora el informe, enfatizó la importancia de la colaboración entre el sector público y privado en un contexto global fragmentado.
«En un mundo fragmentado y con un contexto de guerra comercial y economías que protegen sus activos e inversiones, es importante que el sector público y el privado trabajen juntos para garantizar que las economías sean prósperas y competitivas», analizó Bris.
Este análisis resalta la necesidad de una gobernanza efectiva y políticas fiscales sólidas, áreas en las que, según el informe, economías como España aún tienen margen de mejora, particularmente en lo que respecta a la política fiscal (posición 62 de 69) y la financiación pública (57). La situación de Venezuela, al ocupar el último lugar, sugiere que estos desafíos podrían ser aún más pronunciados.
EL IMPULSO