En un momento en el que la crisis hídrica avanza a nivel global, la innovación tecnológica se convierte en un aliado clave para proteger uno de los recursos más esenciales de la vida: el agua. Consciente de este reto, Microsoft se ha marcado como objetivo convertirse en una empresa “positiva en agua” para 2030. ¿Cómo? Devolviendo al entorno más agua de la que consume, y haciéndolo con soluciones reales en comunidades concretas.
El compromiso empieza por sus propias infraestructuras. En España, la compañía ya inauguró su primera región cloud en la Comunidad de Madrid y está construyendo un nuevo campus de centros de datos en Aragón. Espacios imprescindibles para la transformación digital, pero que también requieren recursos naturales como el agua para su funcionamiento. Rediseñarlos para que consuman menos y devuelvan más se ha convertido en una prioridad estratégica.
Uno de los pasos más relevantes en esa dirección es el diseño de centros de datos con enfoque Zero Water, una tecnología que elimina por completo el uso de agua en los sistemas de refrigeración. En lugar de evaporarla, como hacen los métodos tradicionales, el agua circula en un circuito cerrado que mantiene la temperatura óptima sin generar pérdidas. Además, los servidores se enfrían directamente a nivel de chip, lo que permite usar solo la cantidad justa. Gracias a estas innovaciones, Microsoft logró reducir un 39% su índice de eficiencia hídrica desde 2021.
En Zaragoza, siete explotaciones agrícolas comenzaron a aplicar tecnología de vanguardia para reducir el consumo de agua en el riego y, al mismo tiempo, mejorar la productividad de sus cultivos. El sistema, operado por Agrow Analytics y Agua Segura sobre la nube de Microsoft Azure, combina sensores en el terreno, estaciones meteorológicas y modelos de inteligencia artificial para calcular con precisión cuándo y cuánto regar.
En base a esto, Manuel Saurí, CEO de Agua Segura, explicó que “el objetivo era claro: ayudar a los agricultores a tomar decisiones sin complicaciones. Por eso todo está pensado para que reciban las instrucciones por SMS o WhatsApp, de forma clara y útil”.
La iniciativa incluye también formación presencial. Más de 700 agricultores de todas las edades participan en talleres donde aprenden a aplicar estas herramientas digitales en el campo. Además, 300 estudiantes de zonas rurales de Aragón han recibido talleres para fomentar el uso responsable del agua y desarrollar ideas sostenibles que puedan llevarse a cabo.
Por consiguiente, Saurí señaló que “la formación es clave para lograr un impacto real. Este proyecto ha creado puentes entre generaciones y reforzado el compromiso con el agua, desde las familias hasta las aulas”.
La gestión eficiente del agua también implica combatir otro problema silencioso: las fugas en las redes de distribución. Solo en España, se estima que se pierde alrededor del 25% del agua potable antes de llegar a su destino. Para cambiar esta realidad, Microsoft puso en marcha un proyecto junto a la Mancomunidad de Aguas del Sorbe y la empresa Aganova en Guadalajara.
El sistema utiliza una esfera inteligente llamada Nautilus, equipada con sensores que recorren el interior de las tuberías sin interrumpir el suministro. Con ayuda de algoritmos de inteligencia artificial, es capaz de identificar con precisión dónde hay fugas y priorizar las reparaciones.
Asimismo, Francisco Muñoz, responsable de desarrollo de negocio en Aganov dijo que su “objetivo es salvar el agua que se pierde en las tuberías. Hablamos de agua potable de gran calidad que no debería desperdiciarse. Con Nautilus actuamos antes de que se agrave el problema”.
Desde que comenzó a operar en marzo de 2024, esta solución inspeccionó más de 75 kilómetros de red y detectado 15 fugas en tramos estratégicos como los que conectan con Guadalajara y Alcalá de Henares, según confirmó Luisa Gallardo, responsable de operaciones globales en Aganova.
Para Microsoft, lo importante no es solo la tecnología, sino cómo se aplica. Ana Liesa, responsable de relaciones comunitarias en Microsoft España, ha defendido que “la verdadera transformación sucede cuando la tecnología, el compromiso local y la colaboración se alinean para que el agua deje de ser un problema invisible y se convierta en un bien protegido por todos”.
Fuente: Zona Movilidad