Julie Flores, licenciada en pedagogía y consultora de crianza, en una entrevista para Fedecámaras Radio, abordó las implicaciones que tiene el hecho de que los niños utilicen pantallas desde edades tempranas, que en la mayoría de los casos genera daños en el desarrollo del cerebro.
La experta indicó que el uso de pantallas en menores de 5 a 6 años está directamente relacionado con dificultad para controlar impulsos, problemas de atención y concentración, retraso en el lenguaje, trastornos de sueños, miopía y, a lo largo plazo, puede predisponer a adicciones (a las pantallas, pornografía o drogas) en la adolescencia.
Por su parte, las pantallas (sonido, luz, movimiento) estimulan una producción masiva de dopamina, el neurotransmisor del placer y la recompensa, que actúa en la misma zona del cerebro que las drogas duras, creando una dependencia similar a una adicción. «Cuando entendemos que la dopamina se produce en la misma zona del cerebro que estimulan sustancias psicotrópicas, realmente nos hace sentido que un niño que no tiene pantallas pareciera un adicto sin su droga, porque se comporta de la misma manera”, dijo Flores en el programa de “Análisis de Entorno”.
Las pantallas reemplazan actividades cruciales para el desarrollo, como la exploración física del mundo, el juego no estructurado, la interacción social cara a cara y el contacto con la naturaleza. La pedagoga comentó a los periodistas Betania Pérez y Juan Carlos Salas que los niños «pandemia» son un ejemplo claro de la dificultad para socializar tras un aislamiento con pantallas. Por ello, la recomendación se basa en “Cero pantallas para niños menores de 6 años”, ya que no existe un tiempo seguro para el desarrollo cerebral.
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