El 14 de octubre se anunció el hallazgo de presuntos restos fósiles de ictiosaurios en el municipio Lobatera del estado Táchira. Las excavaciones que dieron con este importante hallazgo fueron realizadas por investigadores adscritos al Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y el Centro de Investigaciones Antropológicas, Arqueológicas y Paleontológicas «José María Cruxent» (CIAAP). Además, también participaron profesionales de la Fundación para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología del estado Táchira, liderados por Óscar Forero. Con este descubrimiento se amplía el registro fósil de Venezuela.
El ictiosaurio fue un reptil marino que existió en los mares del Cretácico, hace 100 millones de años. Podían alcanzar hasta 25 metros en su edad adulta y constituían depredadores dominantes en los mares prehistóricos que habitaron. De hecho, en el mismo municipio Lobatera se han localizado restos fosilizados de peces prehistóricos que pudieron constituir su fuente de alimentos. El hallazgo del pasado 14 de octubre es el primer registro fósil de ictiosaurios en Venezuela.
Rodolfo Sánchez, geólogo y antropólogo miembro del CIAAP, habló en Fedecámaras radio sobre este avance de la ciencia venezolana. El investigador aclaró que todavía se necesitan más estudios para terminar de identificar los restos fósiles recientemente desenterrados, con la finalidad de confirmar que se trate de un ictiosaurio. Además, realizó una descripción de cómo era la región hace 100 millones de años.
«En el cretácico el mar estuvo cubriendo gran parte de esta tierra. Hay registros de ictiosaurios en Colombia, muy cerca de Villa de Leyva. Este nuevo hallazgo viene a ampliar el rango de distribución geográfica de estos reptiles en el continente, además de que expande el registro fósil venezolano», dijo Sánchez.

El registro fósil en otros lugares de Venezuela: el caso Urumaco
Sánchez trabaja desde hace 25 años en el Museo Paleontológico de Urumaco, en el estado Falcón. Dicha institución es la encargada de divulgar los hallazgos del yacimiento paleontológico más prolífico del país: la Formación de Urumaco. Actualmente, fósiles provenientes de este lugar son estudiados por los principales institutos de investigación del país y por varias universidades extranjeras.
«En Urumaco se condensa el registro fósil de finales del paleógeno hasta el neógeno. Es decir, un periodo que abarca desde hace 23 hasta 1.5 millones de años. Tenemos registros de vertebrados en esa secuencia geológica y hemos hecho una gran cantidad de trabajos sobre serpientes, tortugas, cocodrilos y mamíferos», relató Sánchez.
El periodo que abarca el yacimiento de Urumaco es mucho más reciente cronológicamente que el del Táchira. En esa edad cronológica, antes de que se formaran por completo las montañas andinas, la región de Falcón era pantanosa y húmeda, con una impresionante diversidad biológica. Según algunas teorías, en el Neógeno la región estaba influenciada por el Sistema Pebas, una serie de lagos y ríos que existieron en la cuenca subandina. Al terminar de formarse la cordillera andina, los ríos se desviaron y la región se desertificó.
Por esas características, la Formación de Urumaco sigue aportando al registro fósil nacional. Sin embargo, Sánchez valoró de forma positiva la localización de otros yacimientos, como el de Lobatera. La importancia de continuar con estas exploraciones radica en aumentar el conocimiento sobre los cambios climáticos y geológicos que experimentó Venezuela en el pasado. «Estudiar el pasado es cómo podemos entender el presente y el futuro. Para eso estudiamos los cambios climáticos y todas las extinciones masivas que sucedieron en el pasado se deben a cambios climáticos. Esto es lo que estamos sufriendo ahora mismo, un cambio climático», concluyó Sánchez.
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