Después de que los precios subieran la inconmensurable cantidad de 1.000% el año pasado, la hiperinflación en Venezuela podría alcanzar 1.350.000% este año, de acuerdo con un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado este lunes.
Pero en el año 2019 esta hiperinflación va a explotar y salir de la órbita de la tierra, alcanzando una cota de 10.000.000%, una cifra tan grande e improbable que hizo que los lectores del informe «Perspectivas de la economía mundial» (WEO por su sigla en inglés) elaborado por el FMI tuvieron que contar los ceros con los dedos de la mano para asegurarse de que habían leído correctamente el número.
La situación es aguda, por lo que Venezuela fue excluida del promedio regional y de la lista de los mercados emergentes para no deformar las cifras.
Tras años de mal manejo de la economía, con la industria petrolera estancada, que es el pulmón de la economía, la ONU calcula que cerca de 1,9 millones de personas han abandonado el país desde 2015. Este éxodo ha llevado a los migrantes a huir a países vecinos como Colombia y Brasil, en busca de comida y medicinas.
La economía de Venezuela se contrajo 14% el año pasado y se espera que se retraiga 18% este año, pero la buena noticia, si se puede hablar en estos términos, es que queda poco margen para caer más bajo, por lo que el pronóstico para 2019 es una contracción del 5%, según el informe del FMI.
El FMI estima que el PIB per cápita ha caído más de 35% entre 2013–17 y se proyecta una retracción cercana al 60% entre 2013 y 2023.
Para no quedarse corto, el FMI pronosticó que se proyecta que «la hiperinflación en Venezuela empeore rápidamente, impulsada por el financiamiento monetario de un déficit a gran escala y la pérdida de confianza en la moneda».
Venezuela devaluó su moneda cerca de 100% en 20 de agosto de este año.
Excluyendo a Venezuela, la inflación en los países emergentes y en vías de desarrollo se espera que alcance el 5% este año, estimó el FMI.
Revisión a la baja
Aunque las noticias en otras latitudes no son tan sombrías, el FMI recortó en el informe su previsión para el crecimiento mundial, ajustándolo a la baja 0,2 pp a 3,7% este año y 0,2 pp a 3,7% el próximo, principalmente debido a que se espera una ralentización del comercio en el contexto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
El FMI también recortó sus previsiones de crecimiento para los países emergentes y en vías de desarrollo, en comparación con los cálculos publicados en julio, a 4,7% para 2018 y 2019.
Para América Latina y el Caribe, el pronóstico también sufrió y fue recortado a la baja 0,4 pp a 1,2% para este año y 0,4 pp a 2,2% para el próximo, según el informe.
Argentina tampoco recibirá buenas noticias y el FMI proyecta una contracción de 2,6% para 2018 y la recesión continuará en 2019 con una retracción de 1,6%.
Estos datos contrastan con las previsiones hechas en julio, cuando el FMI todavía pronosticaba un crecimiento de la economía argentina de 1,8% para 2018 y de 2,9% para 2019.
La moneda argentina ha perdido en el año un 54% de su valor frente al dólar, que llevó a las autoridades a pedir un auxilio financiero del FMI en junio, que después fue ampliado a finales de septiembre hasta sumar en total 57.100 millones de dólares.
Con respecto a la inflación, el FMI pronostica que la aguda depreciación de la moneda provocará un alza de los precios de 31,8% en 2018 y de 31,7% el año siguiente.
Para Brasil, la mayor economía de América del Sur, la entidad espera un crecimiento de 1,4% en 2018 y 2,4% en 2019. Con respecto a las previsiones de julio, esto supone una degradación de 0,4 puntos porcentuales para este año y un recorte de 0,1 puntos porcentuales para el próximo.
Entre los factores, el FMI cita el endurecimiento de las condiciones financieras y la huelga de camioneros.
Con respecto a México, el organismo pronostica un crecimiento de 2,2% para 2018 y de 2,5% en 2019, levemente por debajo de las proyecciones de julio de una expansión de 2,3% este año y de 2,7% en 2019.
Con información de El Nacional