Yelmira Jiménez, presidenta de la Asociación de Conductores La Voluntad de Gandhi, señala que en las últimas semanas se redujo el litraje para los transportistas en las principales estaciones de servicio del país.
Caracas. La escasez de gasoil en el transporte público obliga a los usuarios a esperar más de dos horas en colas. Para los habitantes de urbanizaciones como Parque Caiza la situación superó un simple retraso. Alexandra* relata que en horas de la tarde le toca pedir cola porque se acumulan muchos usuarios en la parada por la demora de las unidades.
“Es terrible tener que mendigar un puesto en la vía para poder volver a casa. Hubo un día en que una de las rutas de aquí no pudo prestar servicio por la falta de combustible, entonces la otra ruta se llenó a tope y un gran número de personas se quedaron varadas. No es fácil salir de aquí y tampoco es económico”.
Una moto desde Parque Caiza hasta Petare no cobra menos de $10. Y un carro por puesto, hasta la vía de Filas de Mariche, cobra $2 por persona. Desde ese punto se agarra otra camioneta.
Según Transparencia Venezuela desde el año 2015 se ha hecho evidente un progresivo déficit del diésel y de la gasolina, lo cual restringe el abastecimiento de la demanda interna de combustibles. Esta escasez se agudizó a partir de marzo de 2020 por el colapso de la industria petrolera nacional.
Yelmira Jiménez, presidenta de la Asociación de Conductores La Voluntad de Gandhi, señala que en las últimas semanas se redujo el litraje para los transportistas en las principales estaciones de servicio del país. Por esta razón se incrementó la escasez de unidades en la capital.
Asegura que 75 % de las unidades de transporte en Caracas se encuentran paralizadas debido a la falta de combustible y repuestos. Esto significa que cada vez hay menos autobuses para cubrir una alta demanda de pasajeros.
“La reducción de la cantidad de litros limita la cantidad de vueltas, lo que impide garantizar la prestación de servicio por parte de los transportistas. Por eso en los principales terminales de la ciudad se evidencia la ausencia de los vehículos de transporte público al pasar las horas de la tarde, que serían las horas pico de retorno a sus lugares de destino de los usuarios. Esto afecta directamente la movilización de los ciudadanos en el país”, asegura.
Madrugar por 70 litros
Antonio*, transportista de la línea de Caricuao a Plaza Venezuela, menciona que ya la situación es insostenible para los choferes por la falta de combustible. Agrega que desde hace tres semanas en la estación de gasolina que le toca surtir los dividieron por grupos y las gandolas no llegan de manera diaria.
“Hay días que sí llega, pero hay días en que le toca a uno y no te surten porque no tienen combustible. Solo nos permiten llenar la unidad con 70 litros y eso solo alcanza para un día de trabajo o, cuando mucho, día y medio”.
Denuncia que en la misma bomba de gasolina los encargados le piden a los transportistas $10 para surtir completo la unidad, es decir, 140 litros de gasoil o gasolina.
A su juicio el sistema de transporte urbano desde hace mucho tiempo está obsoleto y en paro técnico, pero el Estado no lo quiere reconocer y los que siguen perjudicados son los transportistas y los usuarios que deben hacer largas horas de colas por falta de unidades disponibles.
La lucha de los chóferes por el combustible, bien sea madrugar o realizar largas colas, no es nueva en Venezuela. Las primeras colas se dieron en el 2019. Expertos señalan que el deterioro se debe a una mezcla de mala gestión, falta de inversión y el colapso de las refinerías venezolanas.
La baja producción interna de combustibles, asociada a la pérdida de capacidad instalada, obliga a Venezuela a depender de la importación para cubrir la demanda interna.
Jiménez detalla que la línea de Caricuao tiene las mismas rutas, no obstante, en la actualidad faltan 50 % unidades, no solo porque muchas están en los talleres por la falta de repuesto, sino que la falta de combustible las tiene paradas.
“No sirve llenar gasolina o gasoil un par de veces a la semana, puesto que esto no alcanza a los conductores para laborar siete días. Lamentablemente este sector de la población está muy cerca de irse a un paro por completo si el Ejecutivo no toma medidas”.
Horas perdidas en colas
“Antes yo agarraba mi camionetica de Caracas a Los Teques y en 40 minutos estaba montado. Ahora llego a las 5:00 p. m. al terminal y debo esperar hasta dos horas por una unidad. Uno llega cansado del trabajo y, en vez de ir a descansar, toca pasar ese calvario en la calle”, relata Pedro*, un obrero que se desplaza diariamente entre el estado Miranda y la Capital.
Pedro cuenta que la respuesta de los fiscales de ruta es siempre la misma: les dicen que casi la mitad de las unidades están paradas o haciendo cola en las gasolineras porque no hay gasoil suficiente.
Para Pedro, es una situación frustrante porque el pasaje lo aumentaron hace menos de tres meses, situación que pega en el bolsillo, pero ahora se le suma la incomodidad, el retraso y el castigo de esperar horas por un autobús.
“Uno sale agotado del trabajo, con lo poco que gana, y en vez de ir a descansar, toca pasar ese calvario en la calle, aguantando sol o lluvia en la cola. La gente se pone agresiva, hay empujones para ver quién se monta primero”.
80 % de la flota inoperativa
Hasta 2024 se registraron 300.000 choferes en la plataforma Patria, de acuerdo con los datos de la Misión Transporte. Sin embargo, Jiménez aseguró que las políticas de las autoridades no son suficientes y 80 % del parque automotor en Venezuela está paralizado porque los transportistas no tienen presupuesto para solventar la crisis.
Agrega que la situación del transporte público se agudiza cada día, porque los conductores se ven afectados por la devaluación del bolívar ante el bajo cobro del pasaje y el mal estado de la flota.
“Necesitamos carteras de créditos para optar por nuevas unidades. Además, que las autoridades aprueben un pasaje que esté anclado al euro porque todo lo cancelamos a ese precio”.
CRÓNICA UNO
