El nombre no es casualidad, sino una declaración de intenciones. El Essential Phone quiere volver a reinventar el móvil con una propuesta diferente. Por ahora, sin el éxito esperado pero con una prometedora proyección, plantea un cambio en la forma en que los móviles funcionan.
Detrás de este peculiar terminal está Andy Rubin, considerado el padre de Android dentro de Google. Lo dejó hace apenas tres años. Buscando nuevos horizontes. Una noche, al llegar a un hotel, quiso poner música en su habitación y cargar el móvil, pero se dio cuenta de que el despertador de la mesilla solo era compatible con un modelo de teléfono. Se daba la circunstancia de que, además, acababan de cambiar la clavija. “Toda la inversión de una gran cadena mundial de hoteles quedaba obsoleta por la decisión de otra empresa y dejaba de lado tanto a los fieles de la firma como a los que usan otros móviles”, contó en Code Conference, la conferencia de Recode el pasado mes de mayo.
Ese día el Essential Phone salía a la luz, a la venta lo hizo bien entrado el verano. Inicialmente se ofrecía por 699 dólares, solo a la venta en Estados Unidos y Canadá. Esta semana han bajado el precio a 499 con intención de atraer a más consumidores. Sobre todo los escandalizados por los precios de los últimos iPhone y Galaxy de Samsung, por encima de los mil dólares, la nueva barrera de entrada.
La apariencia del software es la de un Android puro, sin las típicas modificaciones de los fabricantes. La pantalla es de 5,7 pulgadas, ocupa todo el frontal. El chasis, innovador, es de cerámica y le da un toque elegante que se ha perdido en tiempos de cristales y polímeros. Carece de botones. De hecho, hasta la cámara frontal está incrustada sobre la pantalla como solución original. Es compacto y potente, con el último procesador de Qualcomm como corazón. La memoria inicial de 128 gigas se puede ampliar mediante tarjeta MicroSD. Resiste salpicaduras y golpes. No es sumergible, pero sí apto para la vida moderna.
En la parte trasera, además del sensor de huellas, se incorporan dos cámaras. Ofrecen imágenes más realistas, ricas, con colores vivos. También se puede optar por la toma en blanco y negro. La cámara es uno de los puntos más destacados. La batería se defiende como para llegar al final del día con el 20 %.
La magia se despliega cuando se conecta la cámara 360 que enviaron como cortesía junto con el teléfono a todos los asistentes al evento. Basta con acercarla para que se conecte y comience a funcionar. Sin necesidad de un programa adicional o demora. Esa es la experiencia que quieren desarrollar con el resto de aparatos. Muy parecida a la idea fundacional de Project Ara, un proyecto que Google abandonó. O la oferta de Motorola con Moto Z y sus motomods (complementos) pero con una ejecución mucho más elegante.
La visión de Essential Phone no pasa por quedarse solo en este móvil, sino que quieren desplegar muchos más aparatos. Pretenden convertirse, desde su nave junto a la 101 de Silicon Valley, en el venerado Plug and Play, en la factoría que inspire a la industria para sumarse a un ecosistema más abierto y compatible con nuevas ideas, sin clavijas propietarias o restricciones previas.
Créditos: El País