El Oxford Internet Institute declaró que no existe ninguna «prueba irrefutable» que vincule al Internet con daños psicológicos.
Los profesores Andrew Przybylski y Matti Vuorre estudiaron los datos de dos millones de personas de entre 15 y 89 años de 168 países, y descubrieron que, en los últimos 20 años, el aumento de la conectividad en línea sólo se ha producido pequeños cambios en la salud mental mundial.
Estas conclusiones parecen sorprendentes, pues rechazan los peligros que durante tanto tiempo hemos asociado al uso excesivo de las redes sociales.
Sin embargo, la investigación admite que sus conclusiones son deficientes, ya que los científicos no tienen acceso a los datos propios de cada plataforma.