Es la era de la privacidad. De tener al menos presente los datos personales que dejamos voluntariamente en los servicios digitales que utilizamos a diario. Una contrapartida que hay que asumir si queremos seguir aprovechando sus virtudes. El nuevo marco legal europeo, que desde el 25 de mayo es de obligado cumplimiento por las empresas, ha dibujado un panorama atroz repleto de miedos e incertidumbres que los usuarios no habían reparado realmente. Este reglamento, sin embargo, ha puesto el foco en la privacidad con unos protocolos más garantistas, pero las grandes firmas tecnológicas son conscientes que, en muchos casos, la recopilación de información personal es parte de su negocio.
Por fortuna, la mayoría de firmas del sector permiten consultar (y descargar en muchos casos) la información que guarda de nosotros. Los permisos es un arma al que aferrarse para evitar que acaben en menos ajenas, aunque ya se sabe: todo lo que está conectado a internet es susceptible de «hackearse». Según un estudio titulado «Google Data Collection», elaborado por el investigador Douglas C. Schmidt de la Universidad Vanderbilt, Google obtiene información sobre las actividades tanto online como en la vida real del usuario, «incluso cuando este no la comparte de forma intencionada» o «cuando el dispositivo se encuentra en modo reposo».
En opinión de este experto, el gigante de internet recopila más datos personales que su rival Apple, que suele sacar pecho de que la información no suele almacenarla en los servidores propios. Tanto el sistema operativo Android -ecosistema desarrollado por Google- como otros servicios como Chrome son «algunos de los instrumentos principales» que emplea la compañía para obtener datos. Y son muchos: nombre, localización, direcciones, historial de navegación, datos bancarios asociados.
Incluso, según relata el estudio, el modo incógnito de navegación -utilizado por muchos usuarios para no guardar las contraseñas, entre otras cosas– ofrece mucha más información de la que se cree.Es más, la empresa «puede vincular de forma retroactiva los datos anónimos con las contraseñas personales de un usuario almacenadas en su cuenta de Google». Según estimaciones de la firma de análisis Statista, la cosa no acaba ahí: la firma de Mountain View practica «más solicitudes de información» que su rival Apple. En concreto, unas 90,3 solicitudes cada hora desde dispositivos Android frente a las 17,9 consultas de los usuarios de iPhone.
Entre otros hallazgos de la investigación se encuentra que incluso los dispositivos Android inactivos (con el navegador Chrome activado en segundo plano) están ofreciendo datos. El terminal analizado comunicó información de ubicación 340 veces a lo largo de un período de 24 horas. Comparándolo con Safari (iOS), Google no podía recopilar datos «a menos que un usuario interactuara con el dispositivo».
También curioso resulta el hecho que Apple utilice los servidores de Google para almacenar datos en su servicio de almacenamiento en la nube iCloud, según consta en un documento oficial (PDF, en inglés) de la firma de la manzana. Una decisión, sin embargo, que no está reñida con la seguridad. El informe deja claro que toda la información del usuario está encriptada, desglosada en porciones y una clave especial, guardándose las claves y los metadatos de los archivos en la cuenta de iCloud del usuario.
Créditos: ABC
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