La caficultura en Venezuela se encuentra peleando una batalla contra algunos factores que afectan su desarrollo. Uno de ellos es el estancamiento en tecnologías antiguas, que no permiten el crecimiento del sector de manera ecológica. También juega un rol importante el diferencial cambiario que afecta directamente a los productores.
Vicente Pérez, director ejecutivo de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), señaló que el sector productor de café en este 2024 ha enfrentado varios inconvenientes por su atraso en materia tecnológica. En la actualidad el mundo de la agricultura se maneja de la mano de avances tecnológicos que ayudan al productor a optimizar sus jornadas.
Venezuela no tiene acceso a nuevas tecnologías para sus campos de cultivos. “Los equipos nos resultan demasiado costosos y no llegan a nuestro territorio nacional”, indicó Pérez.
La caficultura además de sufrir un desfase tecnológico, se enfrenta a la realidad de la brecha cambiaria, que no permite a los productores obtener materia prima para el desarrollo de sus actividades con normalidad.
“Los precios del saco de café internacionalmente cuestan 270$ y al productor nacional le pagan en bolívares el equivalente a 200$”, señala el director de Fedeagro.
Por otra parte, la dificultad para conseguir diésel en el país, afecta a los caficultores de las regiones. Esto disminuye la cantidad de café que se puede producir en un día.
La caficultura en Venezuela, a pesar de tener más de 400 marcas en el mercado, sigue haciendo frente a los diferentes problemas económicos, sociales y políticos, aseguró el empresario en una entrevista en el programa «Análisis de entorno» de Fedecámaras radio.
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