El Adviento marca un tiempo especial de preparación con el que se da inicio a un nuevo Año Litúrgico para la Iglesia Católica. Su nombre proviene del latín «adventus», que significa «venida» o «llegada» , y su núcleo es la espera de la llegada de Jesús, el Verbo Encarnado.
El Adviento se organiza en torno a los cuatro domingos previos a la Navidad y se divide en dos partes bien definidas:
Primera Parte (Desde el Primer Domingo de Adviento – 30 de noviembre – hasta el 14 de diciembre): Esta etapa posee un marcado carácter escatológico , orientando nuestra mirada hacia la segunda venida del Señor al final de los tiempos.
Segunda Parte (Desde el 15 de diciembre al 24 de diciembre): A estos días se les conoce como la Semana Santa de la Navidad. La Iglesia intensifica la preparación de los corazones en este último tramo, invitándonos a meditar en el misterio de la Encarnación, es decir, la irrupción de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad en la historia: la Navidad.

El Adviento es mucho más que una simple preparación litúrgica para la Navidad. Es un camino de conversión de la mirada , un llamado a la vigilancia para estar despiertos para Dios y para los demás. Estamos invitados a despertar la mística de la caridad , una caridad que nace del silencio de la oración, se desarrolla en el servicio cotidiano y se realiza en la comunión fraterna. Es en este tiempo cuando la fe se hace visible: la esperanza se traduce en gestos y la espera de Jesús se convierte en un encuentro cotidiano con Él en los pobres.
Debemos aprender a reconocer a Jesús que viene sin cesar a nuestro encuentro a través del rostro y la persona de los pobres, de los más pequeños y de los excluidos.
Para vivir este tiempo con alegría y prepararnos de la mejor manera para recibir a Nuestro Salvador, te proponemos estas sugerencias prácticas:
- Sé agradecido por lo que tienes.
- Sé generoso.
- Envía mensajes a aquellos que están solos.
- Dona con conciencia.
- Ayuda a los pobres.
La vigilancia que propone el Adviento es la que descubre la luz y proporciona más claridad al mundo. Preparemos nuestros corazones para el Nacimiento de Jesús.
Con información de ACIPRENSA














