Las dinámicas políticas y económicas influyen en el sector energético, especialmente con la llegada de nuevas administraciones y sus políticas. Francisco Monaldi, economista venezolano y director del Programa de Energía de América Latina en el Instituto Baker, aborda diversas temáticas relacionadas con la política energética global y su impacto, especialmente en Venezuela.
Una de las principales discusiones se centra en el evento CERAWeek, donde se notó un cambio de énfasis hacia los hidrocarburos, con un menor enfoque en la transición hacia energías renovables. Esto se debe, en parte, a la llegada de Donald Trump al poder y su política de «drill, baby, drill», que promueve una mayor producción de hidrocarburos en EE.UU. Monaldi menciona que, a pesar de la retórica de precios bajos de la energía, esto es contradictorio, ya que la producción de petróleo de esquisto requiere precios altos para ser rentable. Además, señala que la producción de shale no podrá incrementarse a los niveles anteriores debido a limitaciones geológicas y económicas.
En cuanto a las políticas de aranceles y sanciones, Monaldi expresa que es difícil encontrar una lógica económica detrás de ellas, especialmente cuando EE.UU. sigue importando petróleo de Canadá y México. También resalta la incertidumbre sobre el futuro de las sanciones contra Venezuela y cómo estas políticas pueden afectar la producción de PDVSA sin la intervención de Chevron y otras empresas.
La relación de EE.UU. con Arabia Saudita y la OPEP sugiere que hay una coordinación implícita entre EE.UU. y estos países para manejar los precios del petróleo. Aunque se espera una disminución de precios, el presidente Trump buscará mantener un rango que no perjudique a los productores estadounidenses, expresó.
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