“El volumen de refrescos ilegal que ingresa al país desde Colombia, a través de los estados Zulia y Táchira, ya es del tamaño de cada una las principales empresas fabricantes del país”, así lo detalló el director ejecutivo de la Asociación Nacional de Bebidas Refrescantes (Anber), Carlos Palumbo, quién en rueda de prensa explicó que esta situación pone en riesgo a más de 6 mil 500 puestos de trabajo y al menos, 32 mil 500 empleos indirectos, amenaza la salud de los consumidores y destruye el aparato productivo.
El representante de Anber también detalló que, actualmente, ingresan más de 2 millones 100 mil cajas de colas negras (al mes), sin cumplir con controles y normas sanitarias, de etiquetado y de metrología; y sin contribuir con el pago de impuestos nacionales y municipales como lo hace la industria formal.
“En la actualidad, el contrabando de productos fabricados en Colombia, equivale a un actor más de la industria nacional de refrescos. Este fenómeno ha venido creciendo a un ritmo muy importante. A esta velocidad, estamos proyectando que, en los próximos meses, el contrabando se convertirá en el actor más relevante del mercado, desplazando a la industria nacional formal”, aseguró el vocero.
Palumbo también hizo énfasis en la importancia de que los consumidores aprendan a identificar un producto de contrabando versus un producto nacional legal.
“El producto de contrabando no presenta Código del Registro de Control de Productos Envasados (CPE), emitido por el órgano competente en materia de metrología; no presenta número de registro sanitario emitido por el M.P.P.S., y dice que es un producto fabricado en Colombia por Postobón, S.A.”, aclaró.
Con información: Prensa Conindustria