La plataforma de intercambio de criptoactivos Binance ha dado un paso audaz en la educación financiera digital con el lanzamiento de Binance Junior, una aplicación de billetera subrogada y conectada a la wallet del representante legal.
Esta iniciativa busca que jóvenes de entre 6 y 17 años (menores de 21) puedan tener su propia billetera digital bajo supervisión. Binance Junior funciona como un control parental aplicado al mundo de las criptomonedas, permitiendo a los padres monitorear los movimientos de la aplicación de sus hijos, quienes pueden recibir, enviar y ahorrar en criptoactivos.
El economista Aaron Olmos comentó sobre la relevancia de esta herramienta, señalando que «esta es una idea bastante interesante porque de alguna forma ponen en las manos de los niños lo que ya está siendo presente, que no es futuro, que es el uso de criptoactivos y wallets como principales mecanismos para intercambiar dinero digital».
Esta herramienta se concibe como una forma de generar educación financiera para los más pequeños, ofreciéndoles una vía para interactuar con la economía digital desde una edad temprana. Esto incluye la posibilidad de que los padres deleguen una mesada denominada en cripto. Olmos establece un paralelismo histórico interesante al recordar: «Es un poco similar a cuando uno estaba pequeño y de repente los padres iban a un banco, estos bancos que tenían cuentas para niños, y te daban una libreta con tu primer depósito, te daban una alcancía».
El economista destaca que, al igual que aquellas cuentas infantiles promovían el ahorro, Binance Junior traslada esa premisa al entorno digital donde «la economía está girándose a lo digital y los criptoactivos son los protagonistas».
El proceso de activación es sencillo: los padres ingresan a la sección Binance Parents, generan un código QR y el menor lo escanea para enlazar ambas wallets. Para Aaron Olmos, este proceso va más allá de una simple transacción, pues promueve la comunicación: «Yo creo que Binance aquí se sacó 20 puntos, ¿no? Porque poner esto en circulación y que al final de cuentas los padres también puedan, bueno, hacer operaciones con los hijos. Mira, hijo, ven acá, siéntese y explíquele todo esto».
Enfatiza que incluso podría ser una oportunidad para que los padres aprendan de sus hijos, ya que «de repente el hijo sí sabe muy bien de dónde viene esto y para dónde va».
Olmos concluye que esta propuesta es de aprendizaje mutuo y subraya la importancia de esta iniciativa, ya que «la economía está girándose a lo digital y los criptoactivos son los protagonistas».
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