Cambios de la revolución industrial 4.0

La exploración interplanetaria, la dirección de orquestas, el periodismo, los servicios domésticos, la protección civil, e incluso algunas operaciones quirúrgicas, son algunos de los oficios que pueden ser asistidos o desempeñados de forma plena por robots. En la actualidad, con la revolución industrial 4.0, la robótica se posiciona como una de las principales apuestas económicas de países potencias como Alemania, Italia, Estados Unidos, Japón -pertenecientes al G8-, México, Austria y China.

El mundo laboral está virando hacia la robotización o, como la bautizaron algunos profesionales, la cuarta revolución industrial. La agencia International Data Corporation (IDC),  en su reporte «IDC FutureScape: Worldwide Robotics 2017 Predictions»,  señala que, dentro de tres años, el mercado global de bots podría oscilar los 188 millardos de USD y que 35% de las empresas líderes en logística, salud, utilidades y recursos estudiarán la automatización de las operaciones por medio de entes mecánicos para 2019.

El año pasado, en la cima del listado de los países con el mayor número de importaciones de robots industriales en el mundo se posicionó China, con una inversión de 878 millones de USD, seguida por Alemania (346), y EEUU (291). En la cuarta casilla, se ubicó México (158), luego Austria (148), y finalmente Italia (134), de acuerdo con la Organización Mundial De Comercio (OMC).

Otra de las predicciones expuestas por el Dr. Jing Bing Zhang, investigador de IDC, para el final de esta década destaca que la aplicación robótica se regulará por medio de políticas estatales que busquen la preservación de los empleos, seguridad y privacidad.

Robots a la mano

En una de las últimas presentaciones del tenor Andrea Bocelli, el robot humanoide diseñado por la compañía suiza ABB, bautizado como YuMi, dirigió al conjunto de instrumentistas durante un par de minutos, lo que robó la atención del público presente.

Además del ámbito musical, los ciudadanos italianos podrán experimentar de la tecnología robótica bajo sus propios techos con el asistente hogareño R1, un robot humanoide de 1,25 m de alto y con un peso de 50 kg creado por el Instituto de Tecnología de Génova.

Al norte de Italia, el robot Da Vinci ha marcado un punto de inflexión en la praxis de la medicina tradicional, diseñado por la multinacional estadounidense Intuitive Surgical. En el hospital Niguarda de Milán la intervención de extirpación de próstata se realiza con cirugía robótica.

Con respecto al ámbito de la prevención de catástrofes, Investigadores de la Universidad de Aveiro en Portugal, diseñaron un robot capaz de adentrarse en los escombros, realizar mapeo en tres dimensiones, y utilizar demás herramientas auxiliares de protección civil.

Por otra parte, la futura distribución de las salas de redacción de los diarios dará cabida a robots. Heliograph es un ejemplar de inteligencia artificial desarrollada por el periódico The Washington Post. Entre sus funciones destacadas estuvo la redacción de centenares de reportajes acerca los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. De igual forma, la agencia de periodismo Associated Press (AP), cuenta con robots encargados de la redacción de notas sobre las ligas menores de béisbol e informes automáticos de ganancias, permitiéndoles a los periodistas enfocarse en trabajos investigación más profundos.

Arma de doble filo

A pesar de los beneficios de la robotización, las consecuencias de su aplicación pueden verse reflejadas en la mutación de los paradigmas organizacionales que puede conllevar a la elevación de cifras de desempleo, especialmente en los países con economías desarrolladas -y los que más invierten en el sector-, como Alemania, Estados Unidos o Japón.

La consultoría, McKinsey Global Institute, vaticina que para 2030 entre 400 y 800 millones de trabajadores podrían ser reemplazados en todo el mundo. PriceWaterhouseCoopers (PwC), pronostica que, en 15 años, los robots sustituirán cerca 40% de los trabajadores norteamericanos, 30% en Reino Unido, 35% en Alemania y 21% en Japón.

A medio y largo plazo todas las revoluciones industriales y tecnológicas han generado empleo; es cierto que al principio puedan provocar víctimas y perdedores, pero a medio plazo estos cambios generan nuevos empleos, nuevas profesiones y un océano de oportunidades, aseguró Juan Manuel Rueda, director de Recursos Humanos  de Movistar+ para El País.

 

Créditos: El Universal