Tras el repunte estimado de 6,2% para 2024, la economía venezolana enfrentará una nueva etapa de enfriamiento. Según el Estudio Económico 2025 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el país apenas registrará un alza de 2% en su actividad económica durante 2025 y 2026.
La Cepal advierte que la región en su conjunto se mantiene atrapada en un ciclo de bajo dinamismo. El promedio para América Latina y el Caribe será de 2,2% en 2025 y 2,3% en 2026, niveles que el organismo considera insuficientes para cerrar brechas estructurales o generar mejoras sostenidas en empleo e inversión.
«La región continúa en un prolongado período de bajo crecimiento», afirmó José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo del organismo, durante la presentación del informe.
Riesgos internos y exposición externa
En el caso venezolano, la pérdida de impulso obedece a una combinación de factores: debilidad de la demanda interna, escasas fuentes de financiamiento, baja inversión y una estructura productiva limitada. Si bien se anticipa cierta estabilidad de precios a nivel regional, se mantienen latentes los riesgos externos que podrían deteriorar aún más el panorama macroeconómico.
A nivel subregional, América del Sur se expandiría un 2,7% en 2025, impulsada por la recuperación de Argentina (5%), mejoras en Colombia y Paraguay, y un desempeño más sólido en Brasil. Venezuela, sin embargo, quedaría rezagada dentro de este bloque, con una de las tasas más modestas, solo por encima de Bolivia y Ecuador.
Frente a este escenario, la Cepal plantea tres prioridades para apuntalar el desarrollo: fortalecer la recaudación interna con sistemas tributarios más progresivos, diversificar las fuentes de financiamiento externo y reimpulsar el papel de la banca de desarrollo para canalizar recursos hacia sectores estratégicos.
La advertencia del organismo es clara: la economía global seguirá marcada por la incertidumbre, y sin una estrategia de transformación productiva y sostenibilidad fiscal, la región —y Venezuela en particular— seguirá expuesta a una recuperación débil y vulnerable a choques externos.
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