Ciberseguridad: el nuevo motor del emprendimiento en América Latina

En América Latina, la ciberseguridad ha dejado de ser un tema exclusivo del área de sistemas. Hoy es un activo estratégico que puede definir la competitividad, la confianza y hasta la supervivencia de una empresa.

En un entorno donde los ataques digitales crecen más rápido que la adopción tecnológica, proteger los datos y la identidad digital ya no es opcional: es la base para atraer inversión, mantener operaciones y crecer con solidez.

De acuerdo con el estudio “Ciberseguridad: habilitador de confianza y competitividad”elaborado por Incode Technologies y Endeavor Data Unit, la región enfrenta 40% más ataques semanales que el promedio global. Esta cifra no solo muestra el tamaño del problema, sino también la necesidad de cambiar la mentalidad empresarial frente a la seguridad digital.

La identidad digital como infraestructura crítica

Durante años, muchas scaleups y startups vieron la ciberseguridad como un gasto que había que pagar para “cumplir”, pero que no generaba valor. Hoy esa idea ha quedado atrás. Sin distinción de escala, las empresas que integran la seguridad en su ADN digital no solo reducen riesgos, sino que ganan velocidad, confianza y valor financiero.

La identidad digital es la infraestructura crítica del futuro económico. Si no es segura, todo el sistema se vuelve vulnerable. Y es que, en un ecosistema cada vez más digital, la confianza es la nueva moneda. Sin dicha confianza no hay usuarios, ni inversión, ni crecimiento.

La brecha entre percepción y preparación real

Este mismo informe revela que 65% de las empresas latinoamericanas se considera preparada para enfrentar ciberataques. Sin embargo, solo 17% revisa sus estrategias de manera continua, lo que evidencia una brecha entre la percepción de seguridad y la realidad operativa.

Entre 2014 y 2023, los incidentes cibernéticos divulgados en América Latina aumentaron 25%, convirtiendo a la región en una de las más activas y vulnerables del mundo. México, Brasil, Colombia y Chile concentran la mayoría de los ataques, especialmente en sectores como fintech, retail, salud y gobierno.

Además, la pandemia aceleró este proceso: entre más usuarios, más transacciones y más servicios digitales, más puntos débiles existen. Y aun cuando los emprendedores suelen asociar los ciberataques con grandes corporaciones, lo cierto es que las startups son hoy uno de los blancos favoritos, ya que suelen crecer más rápido que su infraestructura de seguridad.

Datos de Check Point Research (2025) muestran que una empresa promedio en América Latina enfrenta más de 1,700 intentos de ataque por semana, y que 68% de ellos proviene de ingeniería social o phishing —es decir, manipulación directa de personas—.

Esto significa que la tecnología por sí sola no basta. Los emprendedores deben invertir también en cultura digital: capacitar a su equipo para reconocer correos falsos, proteger contraseñas, usar autenticación multifactor y reportar incidentes a tiempo.

En startups, donde el ritmo es frenético y los equipos pequeños, la ciberseguridad tiende a ser un “pendiente” más. Pero una sola brecha puede costar muchísimo: pérdida de clientes, filtraciones o incluso la quiebra.

IA y ciberseguridad: la oportunidad tecnológica para México

A pesar de los desafíos, hay señales alentadoras. México lidera la adopción de inteligencia artificial (IA) en ciberseguridad. Según el estudio de Incode y Endeavor, 54% de los corporativos mexicanos ya usa soluciones de IA para detección y respuesta automatizada, aunque las startups lo hacen casi a la mitad de este porcentaje.

La inteligencia artificial permite detectar comportamientos anómalos en tiempo real, anticipar amenazas y reducir los tiempos de reacción. En otras palabras, puede transformar la ciberseguridad en un sistema vivo, capaz de aprender y adaptarse de forma continua.

Startups en riesgo: el blanco favorito de los ciberataques

Este avance tecnológico representa una oportunidad, pero también evidencia la magnitud del problema. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las brechas de seguridad podrían costar hasta 1.5% del PIB per cápita de América Latina en la próxima década. IBM Security, por su parte, calcula que el costo promedio de una violación de datos en la región supera los 3.5 millones de dólares.

El impacto de un ciberataque trasciende lo financiero. Más allá de las pérdidas directas, puede comprometer la confianza de clientes, inversionistas y socios, debilitando la reputación corporativa en cuestión de horas. En un entorno emprendedor donde la credibilidad es uno de los principales activos, una brecha de seguridad puede representar un punto de inflexión irreversible.

Por ello, cada vez más expertos coinciden en que la ciberseguridad debe considerarse un pilar estratégico y un reflejo de la madurez organizacional. Invertir en ella no solo protege datos, sino que fortalece la continuidad, la confianza y la capacidad de escalar de manera sostenible.

Talent shortage: el reto estructural que también es oportunidad

Sin embargo, América Latina enfrenta un reto estructural: una escasez estimada de más de 300 mil especialistas en ciberseguridad, según el estudio “Ciberseguridad: habilitador de confianza y competitividad”. Esta carencia limita la capacidad de prevención y respuesta ante amenazas, pero también abre una oportunidad sin precedentes para los emprendedores que desarrollen talento, tecnología y soluciones locales.

Desde herramientas de autenticación y verificación digital hasta plataformas de detección de amenazas o consultorías en gestión de riesgos, la demanda por soluciones de seguridad digital no deja de crecer. Cada nuevo servicio, aplicación o transacción en línea amplía la superficie de riesgo, pero también abre oportunidades para innovar y generar valor.

En este contexto, las startups que ayuden a cerrar la brecha de talento y ofrecer servicios especializados desempeñarán un papel clave en la economía regional.

Formar expertos, crear tecnología local y fortalecer la confianza digital será tan estratégico como desarrollar nuevos modelos de negocio.

En los próximos años, las empresas que aporten innovación y resiliencia al ecosistema digital se convertirán en actores fundamentales del desarrollo económico de América Latina. Porque en la nueva economía, la ciberseguridad no solo protege empresas: impulsa crecimiento, confianza y competitividad.

Para las startups y scaleups latinoamericanas, comprender esta realidad a tiempo puede marcar la diferencia entre ser vulnerables o convertirse en los líderes que definan la próxima etapa de la transformación tecnológica de la región.

Al final, el futuro de la innovación en América Latina no dependerá solo de la velocidad con que adopte nuevas tecnologías, sino de la solidez con que construya su confianza digital. Y en ese terreno, la ciberseguridad es —y seguirá siendo— el verdadero motor del progreso.

EMPRENDEDOR.COM