Es necesario lograr una adecuada concientización de la ciudadanía en torno a los últimos patrones o modos de actuar de los estafadores
Las estadísticas revelan que los dispositivos de comunicación intervienen en la mayoría de las estafas en la actualidad. Al respecto, conviene mantenerse atentos a las informaciones emitidas por los órganos de investigación.
El primero de octubre, por ejemplo, la red de aplicación de la ley en crímenes financieros, conocida como Fincen por sus siglas en inglés, emitió una alerta sobre la difusión de virus informáticos conocidos como Ramsomware, y el uso del sistema financiero para facilitar los pagos exigidos por los piratas para el levantamiento de tales virus.
Según el Fincen, en la actualidad los pagos por el rescate de la data o del acceso a ella son hechos mediante monedas virtuales, o Bitcoins. Las pérdidas para las empresas por este concepto se incrementaron en 46% entre 2018 y 2019.
La policía financiera estadounidense asegura que con el incremento de la frecuencia del Ramsomware también han proliferado las compañías y corporaciones dedicadas a la prevención de estas prácticas, y también a la mitigación de daños.
Estas empresas a menudo están ligadas a corporaciones de seguros y reaseguros.
Una de las prácticas que se ha detectado es la denominada doble extorsión, según la cual los piratas informáticos no solo exigen pagos por permitir el acceso a la data o a los sistemas nuevamente, sino que posteriormente amenazan con divulgar información encontrada en los archivos que fueron secuestrados, con lo que se exige a la víctima un nuevo pago, utilizando las monedas virtuales.
Frente a estas prácticas, los bancos y las empresas de asesoría tecnológica y financiera están en la obligación de emitir los reportes de actividad sospechosa, en los que se indique con claridad que los pagos referidos en ese documento son consecuencia de un secuestro de datos.