9La muerte de funcionarios policiales o militares, así como las de escoltas o vigilantes siempre suscitan mucha preocupación, pues se trata de agentes que procuran llevar seguridad en sus ámbitos laborales.
Muchos de ellos también van más allá del deber, y arriesgan sus vidas aún cuando no estén en sus horarios de trabajo.
Sin embargo, en Venezuela estas muertes se han hecho frecuentes. Aunque todavía los medios de prensa las reportan, estas noticias resultan cada vez menos destacadas.
Entre las 9050 víctimas de homicidio reportadas en 2020 en Venezuela, 174 fueron funcionarios policiales o militares -activos o jubilados-, así como escoltas o vigilantes.
Según registros conocidos extraoficialmente, ninguno de ellos fue ultimado en el ejercicio de sus funciones, sino en el contexto de robos, ajustes de cuentas, riñas e incluso ataques por sicarios.
Pero el motivo más frecuente fue la resistencia al robo, con 82 casos, lo que equivale al 47% de las víctimas de este selecto grupo.
Las muertes en el ejercicio de las funciones fueron mucho menos frecuentes. De acuerdo con estos datos, hubo 46 funcionarios fallecidos en el cumplimiento del deber durante 2020.
Sin embargo, en esta lista se confunden los nombres de aquellos que intentaron actuar en forma correcta con los que usaban el uniforme para beneficio de organizaciones criminales, tal y como sucedió el 14 de noviembre durante el rescate de una víctima de secuestro.
En este caso, efectivos de la policía judicial se enfrentaron a tiros contra funcionarios de ese mismo cuerpo, en la calle principal de Lomas de Urdaneta.
Sin lugar a dudas, el suceso que arrojó la mayor cantidad de uniformados caídos ocurrió en el sector la charca de apure, el 19 de septiembre, cuando un grupo de acciones especiales adscrito a la 92 brigada caribe se enfrentó con insurgentes del frente 10 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que tenía cautivo en ese lugar al hermano de un exgobernador del departamento colombiano de arauca. Cuatro militares murieron en este incidente.