La jueza Beryl A. Howell, del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, dictaminó que las obras de arte generadas por Inteligencia Artificial (IA) no pueden ser objeto de derechos de autor.
Howell argumentó que la humanidad se está «acercando a nuevas fronteras en materia de derechos de autor» y explicó que, es difícil determinar «cuánta aportación humana es necesaria» para proteger el arte creado por IA.
Adicionalmente, los modelos de IA se entrenan con arte preexistentes, lo que supone que estas nuevas obras son basadas en la propiedad intelectual de otros artistas.
Esta sentencia se realizó mientras la jueza presidía una demanda contra la Oficina de Derechos de Autor estadounidense después de que ésta denegara los derechos a Stephen Thaler por una imagen generada por IA con el algoritmo Creativity Machine.