A propósito del informe publicado por la organización Cáritas Venezuela, el cual señala que la proporción de niños con un grado de desnutrición severa paso de 8 % a 15 % en un año. Susana Raffalli, nutricionista especializada en gestión de la seguridad alimentaria y vocera de Cáritas Venezuela, agregó que, esos niños no se desnutrieron de un día para otro, ni ocurre en poco tiempo. De hecho, “nosotros en Cáritas hemos mostrado los informes todos los meses con el fin de pedir ayuda”, dijo.
A su vez, Raffalli comentó que, los pequeños necesitan un cuidado especial y en los hospitales no tienen la capacidad de salvarlos porque no tienen antibióticos, formulas terapéuticas, ni sondas de alimentación. Si bien, “un niño severamente desnutrido no puede ni masticar”.
Según el informe, ciertas parroquias de los estados Zulia y Vargas son las más afectadas por niños con desnutrición, también porque son entidades con un acceso precario de agua por lo que aumentan las enfermedades. No obstante, en el hospital J. M. de los Ríos, en Caracas, hay niños con guacharco, es decir, una fase de desnutrición avanzada en la cual a las madres incluso les cuesta reconocerlo porque los infantes están hinchados de agua.
Soluciones para la desnutrición severa
Aunado a ello, la especialista en seguridad alimentaria advirtió que, para resolver esta situación ya deberían estar activando mecanismos de respuestas y no precisamente, reabrir casas de alimentación en los barrios, como lo propuso el Gobierno y fracasó. Otra estrategia que tampoco funciona en este momento es dar una caja de Clap adicional y un nutrichicha, porque “esto no es el esquema terapéutico para un niño con desnutrición severa ”, insistió. Para ella, si el Gobierno realmente quisiera reparar el problema hubiese dotado los hospitales. Aunque, lo cierto es que, “el lunes empieza una campaña electoral en la que se gastan millones de bolívares cuando hay otras prioridades”.
Finalmente, la nutricionista añadió que, en octubre del año pasado, quizá la estrategia hubiese sido sacar al personal a las parroquias y dotarlos con suplementos nutricionales para ser entregados a los más necesitados. Sin embargo, en la actualidad, lo necesario sería reforzar los dispensarios de los hospitales y en las propias comunidades en donde atienden a los niños, con insumos médicos, y , por último, liberar el sistema de alimentación venezolano.
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