De acuerdo a cómo se juegue, las sanciones afectarán más o menos al país.

Entre 2011 y 2019 el Gobierno de los Estados Unidos (EE.UU.) Impuso sanciones a funcionarios, organizaciones e instituciones relacionadas con el Gobierno venezolano o manejado por este. La motivación detrás de estas sanciones incluye, principalmente, violaciones de derechos humanos y vinculación con actividades ilícitas que entran bajo la jurisdicción estadounidense. Esas primeras sanciones son de naturaleza individual o financiera que, a efectos prácticos, no representaban un impacto mayor en la relación económica entre Estados Unidos y Venezuela más allá de dificultar el refinanciamiento del Gobierno venezolano dentro del mercado de deuda estadounidense.

Pero dichas sanciones cambiaron radicalmente el 28 de enero de 2019 con la imposición de sanciones petroleras que, de manera efectiva, detienen el componente más grande de la interacción comercial entre ambas naciones. “En este trimestre ya hemos sentido un auge en la secuela de las sanciones, debido a que hay una restricción de facto, sobre el cómo y hacia donde Venezuela puede estar colocando su principal producto de exportación, que es el petróleo, ante el escenario internacional. Y ello ha evidenciado que el crudo está yendo a parte de la India y a otros países, bajo negociaciones nada favorables para el país”, afirmó el economista, Luis Arturo Bárcenas.

Asimismo, el economista recalcó, durante el programa Ecoanalítica Radio, que las soluciones que busca el ejecutivo, imponen una restricción a la generación de divisas, agrava aún más la producción petrolera y la estructura de PDVSA. “ La producción promedio del año será de 1 millón de barriles por día, es decir, menos de 500 barriles a diferencia de otros años anteriores”.

Se considera en general, que este segundo trimestre del año fue marcado por un agravamiento ante la restricción externa, pero donde el ejecutivo ha sido proactivo con un ajuste económico, que no ha funcionado. “Como ya hemos dicho anteriormente, la restricción o destrucción del sistema bancario, combinado a un desaceleramiento en la emisión monetaria, que está incidiendo en una desaceleración en el aumento de precio, ha llevado a reducir nuestras proyecciones del alza de precios para finales de año, a un 1 millón o casi 2 millones, bajando a un total de 6 mil por ciento”, explicó el también economista e investigador de Ecoanalítica, Giogio Cunto.

Por último, ambos aseguran que todo está relacionado con la estrategia que tiene el ejecutivo nacional, de mantener el precio del dólar estabilizado, pero que sin dudada, en semanas anteriores el precio sufrió un choque bastante considerable. “Este episodio de sanciones y otras amenazas en el futuro, puede verse bajo la óptica de la teoría de juegos, o el estudio de comportamiento estratégico interdependiente, en el que las decisiones de EE.UU. y Venezuela dependerán de las elecciones del otro y cómo esto afecta los resultados esperados”, agregó Cunto.

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