Acorde a un estudio realizado por la Organización Mundial del Turismo (OMT), la pandemia mundial ha llevado a todos los destinos del mundo a introducir restricciones a los viajes.
Estas son las limitaciones más estrictas sobre los viajes internacionales de la historia y ningún país ha levantado las restricciones impuestas como respuesta a la crisis.
Según las investigaciones previas de la OMT, el 100% de los destinos imponen las restricciones.
De estos, un 83% aplica las restricciones vinculadas al COVID-19 desde hace cuatro semanas o más y ningún destino las ha levando.
El secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, expresó que «El turismo ha demostrado su compromiso de anteponer a las personas. Nuestro sector también puede liderar el camino para impulsar la recuperación».
«Este estudio sobre las restricciones mundiales a los viajes ayudará a apoyar una aplicación oportuna y responsable de las estrategias de salida, permitiendo a los destinos aligerar o levantar las restricciones a los viajes cuando sea seguro hacerlo»
A su vez, Pololikashvili acotó que de esta forma, los beneficios sociales y económicos que el turismo ofrece podrán volver a fluir.
Así se logrará el camino a una recuperación sostenible tanto para las personas como para los países en su conjunto.
Ciertas restricciones
El estudio de la OMT también desglosa los tipos de restricciones a los viajes que han introducido los destinos en todas las regiones del mundo. El último análisis muestra que de los 217 destinos del mundo:
- El 45% ha cerrado total o parcialmente sus fronteras a los turistas.
- El 30% ha suspendido total o parcialmente los vuelos.
- El 18% prohíbe la entrada de pasajeros procedentes de países específicos o a pasajeros que han hecho escala en determinados destinos.
- El 7% está aplicando diferentes medidas, como la cuarentena o el autoaislamiento durante 14 días y medidas relativas a los visados.
Tras dicho panorama, la OMT sugiere lineamientos a los gobiernos del mundo para apoyar el turismo mientras ocurre la pandemia.
Según el secretario general, la caída repentina e inesperada de la demanda turística causada por el virus representa un riesgo para millones de puestos de trabajo.
A la vez hace que los progresos alcanzados en los últimos años en términos de desarrollo sostenible e igualdad se vean en peligro.
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