Las nubes, además de ser formaciones de agua o hielo que vemos tradicionalmente en el cielo, son espacios virtuales para el almacenamiento de información.
Las nubes han cobrado tal importancia en la actualidad que muchas computadoras no guardan información en sus propios discos duros, como solía suceder, sino que ahora la envían a estos baúles ubicados en la web.
En la nube puede estar todo tipo de información, desde las claves de acceso a nuestras cuentas hasta los trabajos académicos y libros, música y película.
Por lo tanto, se recomienda que el usuario tome precauciones para evitar o prevenir el acceso a nuestras nubes particulares por individuos o sistemas no autorizados.
Un trabajo publicado en octubre por Javier Jiménez para el portal Redes Zone hace importantes recomendaciones sobre las medidas de resguardo de nuestros datos en las nubes, en especial los sistemas como One Drive, Dropbox y Google Drive.
El primer consejo es diseñar una contraseña robusta, que sea alfanumérica, que combine letras en mayúscula y minúscula, así como caracteres especiales de difícil reproducción.
Las claves deben ser únicas para cada sistema. Sobre este punto, se puede agregar que existen herramientas o plataformas capaces de diseñar claves de acceso que son prácticamente irreproducibles.
La segunda recomendación, avalada por quien les habla, es utilizar en lo posible los mecanismos de verificación de dos pasos.
Esto implica la transmisión de un código especial a alguno de nuestros dispositivos electrónicos o al correo electrónico, con lo que se añade una capa de seguridad. Cada sistema de los mencionados ha incorporado ya esta posibilidad.
Un aspecto que aplica no solo para este propósito, sino en general para conservar nuestros sistemas libres de virus es utilizar solo enlaces y portales de fuentes oficiales y conocidas.
La entrada a sitios web desconocidos y con enlaces de dudosa procedencia suelen ser vehículo para la distribución de malware o programas maliciosos, que pueden poner en riesgo el acceso a nuestra información.
Otro consejo útil, en especial cuando se va a compartir información con terceros a través de la nube, es cifrar los archivos.
Esto consiste en la generación de un código que deberá ser transmitido por vías alternas al receptor de la información, y que operará como una llave. Si no la tiene, quiere decir que no es el destinatario y podemos estar ante una suplantación de identidad.
Finalmente, podemos aplicar permisos para los archivos que vamos a compartir, y que limitarán el nivel de acceso del destinatario a esta información.