En días recientes pudimos ver a través de los foros de seguridad cómo una persona resultó ilesa luego de sufrir un ataque armado mientras manejaba una camioneta por las calles de Valencia, estado Carabobo.
El vehículo estaba equipado con un blindaje nivel iii, suficientemente robusto para aguantar la arremetida de individuos provistos de pistolas y revólveres, que utilicen cartuchos convencionales.
Ante esta realidad, cabe preguntarse si será suficiente para la protección disponer simplemente de una cobertura adicional en los cristales y en las puertas de los vehículos.
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