Las compras de crudo venezolano por parte de la Unión Europea cerrarán 2025 con su caída más pronunciada desde 2024, luego de que Estados Unidos revocó los permisos para que petroleras europeas operen en el país.
El presidente Donald Trump encabeza una campaña de presión contra Nicolás Maduro, con una política de sanciones y ahora con un despliegue militar en el Caribe, que el gobernante venezolano asegura tiene como objetivo derrocarlo para apoderarse del petróleo de su país.
El embargo al crudo de Venezuela está vigente desde 2019, pero se flexibilizó en 2023.
La estadounidense Chevron es el único que la mantiene, aunque con restricciones. Fue revocada en mayo la de la italiana ENI, la española Repsol y Maurel & Prom de Francia.
El representante comercial de la delegación de la Unión Europea en Venezuela, Jaime Luis Socas, dijo que las compras de crudo a Venezuela caerán 75% este año, al pasar de 1.535 millones de euros (USD 1.791 millones) en 2024 a 383 millones de euros en 2025 (USD 446,9 millones).
Venezuela importa nafta de empresas europeas, en medio de problemas de refinación y baja disponibilidad de diésel y gasolina.
Esas compras se ubicaron en 72 millones de euros (USD 84 millones), 76 millones menos que en 2024.
La importación de productos derivados del petróleo para producir combustibles entra en una flexibilización del embargo, que coincidió con negociaciones políticas en 2023.
Socas prevé para 2026 un crecimiento en las ventas europeas de nafta a Venezuela (35%), pero una caída de 78,8% en el volumen de crudo.
AFP


















