León Arizmendi, abogado laboral, en una entrevista para Fedecámaras Radio, señaló que hoy en día las empresas fallan al no realizar correctamente el «recálculo» o «retroactividad» al final de la relación laboral. Por ello, existe descontento por los trabajadores con el servicio prestado a una institución.
El experto comentó que las empresas deben comparar dos montos: la acumulación trimestral de prestaciones (sistema acumulativo) y el cálculo directo con el último salario (30 días por año de servicio). Posterior, se debe pagar el monto mayor, y este suele ser el del recálculo, porque el sistema acumulativo no se ajusta por inflación.
“Cuando finaliza la relación, entonces tiene que multiplicar el último salario por la antigüedad, 30 días de antigüedad, y la suma mayor es la que se paga… En los últimos tiempos viene ocurriendo que esa suma, esa que se hace por vía de recálculo, es superior a la otra, porque la otra no se ajusta», dijo Arizmendi en el programa de “Análisis de Entorno”.
En el sector privado, los pagos en dólares son frecuentemente objeto de disputa para que se incluyan en la base salarial. Además, los trabajadores acuden a las Inspectorías del Trabajo para reclamar o solicitar cálculos de prestaciones. Sin embargo, estos cálculos se basan en la información que proporciona el trabajador y son propensos a errores.
Arizmendi resaltó que hay una drástica reducción en el número de demandas laborales. La causa principal son los bajísimos salarios, que hacen que a los trabajadores no les sea rentable pagar honorarios a un abogado para ir a un tribunal. Solo los casos de empleados de dirección o de transnacionales, con montos significativos, suelen llegar a instancias judiciales superiores.
“Los bajos salarios hacen que el trabajador vaya a la inspectoría, porque si va a un abogado, el abogado va a exigir unos honorarios. Un abogado interpondrá una demanda en un tribunal solo si el monto es significativo”, expresó.
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