Carlos Giménez, director ejecutivo de FUNDATUN, resaltó que Venezuela tiene una estructura fabril y de industria donde se construyeron fábricas enlatadoras que han logrado soportar la producción de atún, pepitona y sardina.
“Hay que ver si se puede rescatar, por ejemplo el cultivo del mejillón, que es alta calidad y que se cultivaba en el Golfo de Cariaco”
La pesca del atún durante el año 2004 llegó a 150 mil toneladas entre el Atlántico y el Caribe así como en el Pacifico Oriental Tropical, sin embargo, hoy por hoy la producción es mucho menor.
Explicó que no solo los efectos del COVID-19 han sido muy significativos en cuanto a la producción de atún. En estos momentos, Venezuela está teniendo problemas para abordar a observadores científicos debido a una serie de normas para el embarque del personal en los puertos internacionales.
Giménez agregó que Venezuela era el principal país productor de atún de aleta amarilla del este del Atlántico, sin embargo, la reducción se debe a que la flota no puede operar y tiene que hacerlo en el Pacífico permanentemente, ya que tiene dificultades en el soporte y plataforma para el desembarque y eso limita mucho la participación del país.
Asimismo, en entrevista para Marca País con Zuhé Rodriguez, el director explicó que los armadores han tenido que migrar a otra parte para la captura del atún, sin embargo, siguen enviando la producción para Venezuela de manera directa a través de sus unidades e indirecta por cargueros y congeladores.
“Venezuela es un país atunero, no solo porque captura atún o embarcaciones sino que el pueblo venezolano es consumidor de atún”
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