Siguiendo la línea de los mecenas del Renacimiento italiano, la alta burguesía victoriana del siglo XIX o en pleno auge de la modernidad, los financistas que erigieron los rascacielos de Chicago, los gigantes de la tecnología buscan transformar la arquitectura con la construcción de majestuosas mini ciudades. Para materializar sus conceptos, contratan a los arquitectos más vanguardistas, utilizan refinados materiales y disponen de un presupuesto inagotable. Desde los proyectos de Google en Mountain View y Londres, Facebook en Menlo Park, Apple Campus 2 en Cupertino y Microsoft en Redmond, todos pretenden imprimir el sello de su hardware en el cemento.
En la mayoría de los casos, estas construcciones son una consecuencia de la inevitable expansión de estos gigantes y la consiguiente dificultad de sus empleados para conseguir una vivienda en las inmediaciones, a un precio razonable. A esto se le suman los embotellamientos para llegar por la única ruta de acceso y la complicación de los comercios para abastecer semejante demanda. Estas estructuras, además de ofrecer lo último en tecnología sustentable, están equipadas con gimnasio, espacios recreativos y transporte propio.
Seis años atrás, Facebook inauguraba su lujosa capital en el antiguo campus de Sun Microsystems, en Menlo Park, cuyas instalaciones ampliaron en 2015 con la participación del arquitecto Frank Gehry. Pero como toda planificación les resulta insuficiente, con el futuro Willow Campus se proponen llevar adelante otra expansión, a cargo del estudio OMA. “Es emocionante trabajar con Facebook, cuya innovación en redes sociales se extiende a las ambiciones urbanas de conectividad de San Francisco. El sitio tiene el potencial de impactar en el futuro del transporte y vivienda regional”, disparó Shohei Shigematsu, líder del proyecto.
Uno de los inconvenientes para los trabajadores es que el precio del alquiler se triplicó desde que se supo que el imperio Zuckerberg llegaba al Silicon Valley. El nuevo barrio de Facebook tendrá 1.500 hogares y una plaza pública a unas pocas cuadras de su sede mundial.
Mientras que Google tiene en carpeta dos obras por demás ambiciosas, una para sustituir a Googleplex, su base central y otra es una nueva edificación en Londres. El Charleston East será el nuevo campus en Mountain View a cargo del estudio de arquitectura BIG y Heatherwick, que contemplan mucho verde y vida al aire libre. El predio tendrá la capacidad de regular el clima interior, la calidad del aire y el sonido.
Como para demostrar que el confort en este mileno está supeditado a la tecnología, la sede estará cubierta por el mayor panel solar fotovoltaico del mundo, con un toldo que regulará la temperatura y la acústica del interior y logrará que se prescinda de calefacción y de aire acondicionado. Los diseñadores aseguran que funcionará sólo con energías renovables.
Mientras que el Landsraper en Londres, suerte de rascacielos horizontal de 11 pisos y una superficie de 80.000 metros cuadrados, promete ser uno de los proyectos más futuristas. Dispondrá de una pileta olímpica, áreas verdes, un centro comercial y una terraza de más de 300 metros para trabajar al aire libre. El concepto de energías renovables está presente, con paneles solares combinados para conseguir unos 19.800kWh. Ofrecerá un sistema para reutilizar el agua de lluvia.
Otro de los que tiene planes de ampliar sus oficinas es Amazon, quien está dispuesto a desembolsar una millonada para albergar a 50 mil empleados. La compañía abrió un “concurso” entre las grandes urbes y en menos de una semana recibió 238 propuestas de ciudades de Estados Unidos, Canadá y México. Si de algo conoce Jeff Bezos, su CEO, es de negocios y entiende que los beneficios económicos que recibirá el municipio seleccionado serán por demás copiosos, por lo que planea inaugurar su campus en la ciudad que mayores ventajas fiscales le ofrezca. Si para construirla deberá gastar 5.000 millones de dólares, podría obtener el equivalente en deducciones.
El Apple Campus 2, que tardó seis años en construirse (se inauguró una pequeña parte el mes pasado con motivo del lanzamiento del iPhone X), ocupa 260.000 metros cuadrados y su precio asciende a 5.000 millones de dólares. La nueva sede de Apple constituye la última fantasía de Steve Jobs antes de morir. Con forma circular, la empresa se jacta de tener la pieza curva más grande fabricada con cristal. Está rodeada de miles de árboles, para, según ellos, paliar la huella que dejará en esa zona el ser humano. El edificio central es un gran anillo de cuatro plantas de 60 metros de alto, que tiene un auditorio subterráneo y una playa de estacionamiento en la superficie, con espacio para caminos y sendas para bicicletas. Además, instalarán un gimnasio de 10.000 metros cuadrados y una cafetería para 3.000 personas.
Quizá quien haya inaugurado esta modalidad fue Microsoft, cuando en en febrero de 1986 llegó a Redmond. Se estima que su campus abarca unos 750.000 metros cuadrados para oficinas y 40.000 empleados.
Créditos: Clarín