Literatura venezolana brilla en todas las latitudes. Cada 29 de noviembre se celebra el Día del Escritor en Venezuela por el natalicio de Andrés Bello. El ensayista, gramático, poeta y profesor venezolano es un referente en el oficio de la lengua castellana.
Y precisamente, es por este día, que hemos querido reseñar en QuéLeer, la obra de escritores, aunque muchos de ellos, estén fuera de Venezuela, escriben inspirados en el país que los vio nacer.
La literatura con el sello venezolano, está de moda. 2021, un año complejo por la pandemia dio a los venezolanos, motivos para celebrar en el panorama cultural. Novelas, poemas y realidades ambientadas en esta época ganaron premios y crecieron en reconocimiento.
La literatura del éxodo ha tomado la delantera, ya había sido premiada en años anteriores. Recordamos a Rodrigo Blanco Calderón con The Night o al poeta Rafael Cadenas, que ganó el Premio Reina Sofía en 2018, y el de Yolanda Pantin, que alzó el Casa de América en 2017.
Hablemos del 2021, un año que no ha terminado aun, más, sin embargo, nos deja nombres de escritores y escritoras que vale la pena destacar.
Sol Linares
La venezolana Sol Linares oriunda de Trujillo, nacida en 1978, obtuvo el XIV Premio Tristana de Novela Fantástica, que convoca el Ayuntamiento de Santander, con No todos los cíclopes nacen ciegos, según la decisión del jurado emitida el pasado mes de octubre. La entrega del galardón se celebrará a finales de año.
El certamen, dotado con 7.000 euros y la publicación de la novela ganadora en Menoscuarto Ediciones, recibió este año 319 obras participantes de las que fueron preseleccionadas diez finalistas, de las que la novela de Linares fue declarada ganadora, por mayoría, por el jurado compuesto por los escritores Gonzalo Calcedo y Juan Gómez Bárcena, el crítico José Manuel Cabrales y el editor José Ángel Zapatero.
El jurado destacó de No todos los cíclopes nacen ciegos el “profundo conocimiento” de la autora venezolana de las referencias a la mitología clásica, tanto en sus formulaciones grecolatinas como en su recepción por los autores españoles del Siglo de Oro.
La obra “marca un descenso duro a los territorios de la deformidad y el horror, sin perder nunca un tono tierno y amable, que muchas veces provocaba una sonrisa en el lector y le ayudaba a formularse preguntas y a cuestionar la realidad”.
Es la primera vez que resulta ganadora una mujer desde que el premio se especializó en novela fantástica y adquirió el carácter de internacional.
Fanuel Hanán Díaz
Con Hemos llegado a Berlín, el venezolano consiguió el segundo lugar del Premio Nacional de Literatura Infantil Pedrito Botero en Colombia y 30 millones de pesos. Es un homenaje a los caminantes venezolanos a través de la mirada de un niño de 10 años que llegó al vecino país después de hacer una travesía por el Páramo de Berlín, donde algunos compatriotas han perdido la vida.
El desarraigo, el sentir la falta de la familia y el recuerdo de lo que se deja atrás son los sentimientos que plasmó el escritor e investigador venezolano en uno de los tres cuentos ganadores del Premio Nacional de Literatura Infantil Pedrito Botero de Colombia.
“Me costó mucho… Había momentos en los que no podía escribir, podía, pero estaba muy triste, hasta que un día me senté y la escribí, me salió como de un solo tirón, pero no quedé emocionalmente limpio, o sea, fue doloroso, lloré”, expresó el crítico y docente universitario venezolano a Proyecto Migración Venezuela.
Pero este cuento ganador recoge también ese sentimiento de solidaridad que otros caminantes han recibido también en su travesía, refiere el escritor. Indicó además que el detonante de la historia fue el testimonio de un niño venezolano que debió huir a pie de Venezuela junto con su mamá y que rompió en llanto al responder cómo se sentía caminar bajo esas circunstancias.
“Yo creo que la literatura si tiene algo hermoso, es crear empatía, y si un niño lee un cuento sobre otro niño que está sufriendo, y que tiene recuerdos, pero también, que ve al mundo como otro niño se pondrían en el papel de ese migrante”, añadió Díaz Acosta.
Hemos llegado a Berlín supone el salto a la ficción del escritor y crítico venezolano que llegó a Colombia hace siete años para trabajar en la Editorial Norma en Bogotá. Fanuel Hanán Díaz ha explorado la literatura infantil en sus libros Sombras, censuras y tabús en los libros infantiles; Semillas de México; No, tú no! y Panorama breve de la literatura infantil en Venezuela, entre otros.
Miguel Bonnefoy
El escritor franco-venezolano, de 34 años de edad, se alzó como ganador del Premio de los Libreros 2021 en Francia, a pesar de que en un principio no se encontraba entre los favoritos para llevarse este preciado reconocimiento, cuyo resultado proviene de la votación de 1.600 libreros independientes.
De esta manera, el joven autor de Héritage sucede a Akira Mizubayashi, cuya novela Âme brisée (Gallimard) fue un gran éxito con más de 85.000 ejemplares vendidos.
El Premio de Los Libreros, fundado en 1995, es otorgado cada año a una novela de lengua francesa. De un centenar de obras literarias publicadas entre septiembre y enero, el jurado inicial selecciona diez libros, que son enviados a 1.600 libreros independientes de toda Francia, encargados de escoger a los finalistas y al ganador.
Héritage trata de la historia de una saga familiar francesa en Chile, los Lonsonier, que inicia en 1873 un viticultor del Jura, en el este de Francia, que decide dejar esas tierras porque su viña se echa a perder con la plaga de filoxera.
Su objetivo es instalarse en California y plantar la cepa que se ha llevado de su campo, pero el destino, hará que desembarque en Chile donde se sucederán cuatro generaciones, hasta que Ilario Da, pseudónimo del padre de Miguel Bonnefoy, decide volver a Francia en 1973 para escapar de la dictadura de Augusto Pinochet.
Luis Carlos Azuaje
El XX Premio Anual Transgenérico de la Fundación para la Cultura Urbana premió al escritor y profesor venezolano Luis Carlos Azuaje (Maracay, Aragua, 1983) por su novela Los verdaderos paraísos el pasado mes de febrero.
Los verdaderos paraísos narra la historia de un joven –David– que llega a Iguape desde Argentina donde se instala en una posada propiedad de una japonesa que lleva años en Brasil, doña Satori. En ese lugar lleva una vida apacible cerca del mar y disfrutando del amor de Julia, la mucama de la hospedería. Es víctima del recelo y la desconfianza de los pobladores por forastero y por no ser del todo claro la razón de su permanencia en el lugar. David está obsesionado con la obra de Albert Camus, particularmente con el hecho de que el escritor francés pasó en ese mismo sitio algunos días y él pretende rastrear las huellas de su tótem literario en aquella extraviada comarca. El protagonista sospecha que un motivo misterioso llevó al escritor a Iguape; un hecho desconocido por sus biógrafos.
Cuando doña Satori muere se rompe la idílica y mágica situación vivida por David en aquella posada y aquel pueblo. Arrojado del hostal se ve obligado a regresar a Buenos Aires. De ese modo, sus anhelos de escribir –y los recuerdos acumulados en su vida en Iguape–se diluyen. Sobre la base de esta historia, en apariencia sencilla, el autor nos introduce en un nostálgico universo donde la pasión literaria por la obra de Camus y los avatares del protagonista sirven de puente para revelar una vez más el poder del viaje en la construcción del alma del personaje y el sentido que esa travesía tiene para la vida.
Ysaías Lucas Núñez
El odontólogo y escritor venezolano oriundo del estado Anzoátegui, obtuvo el Premio de Cuento para Jóvenes Autores “Julio Garmendia” de la Policlínica Metropolitana 2021. De manera unánime, otorgó el primer lugar a Estudio radiográfico de una mujer hecha huesos.
El jurado subrayó que el mismo “muestra la metamorfosis de una clase media acorralada por la debacle de un país, y en el que el lenguaje utilizado no se rinde al lugar común, aunque narra lo grotesco cotidiano”. Predominan en el relato la ironía y el humor negro “con unas connotaciones afectivas que equilibran el discurso”.
El segundo lugar fue para El abejorro ruso, escrito por Carlos Crespo (Caracas), “por desarrollar una historia que maneja de forma muy atinada una acertada progresión narrativa en conjunción con el recurso del relato fantástico”. El jurado dio el tercer lugar a Los eufóricos insalvables, de Ángelo Marcano (Caracas), “relato que habla de la madurez narrativa y el cuidadoso estilo de un joven autor que escribe desde una perspectiva intelectual en la construcción de los personajes, para entrar en la relación de los escritores marginados que, si bien están enmarcados en la historia venezolana, plantean problemas literarios universales, para finalizar en el enigma de la poesía”.
Raquel Rivas Rojas, Katie Brown y Liliana Lara
El éxodo de venezolanos por razones políticas, económicas y sociales se ha convertido en uno de los problemas migratorios más urgentes de esta segunda década del siglo XXI y en una crisis inédita en América Latina. Ante esta situación, no es de extrañar que el destierro y la diáspora se hayan transformado en tema central para muchos escritores venezolanos que se encuentran dentro y fuera del país.
Los treinta y un autores reunidos en, Escribir afuera: Cuentos de intemperies y querencias, pertenecen a diversas generaciones literarias y sus relatos se inscriben en distintos géneros que van desde el realismo a lo fantástico, sin dejar de lado lo histórico, lo alegórico, lo humorístico o lo poético. En los cuentos que forman esta antología está naciendo un nuevo lenguaje para narrar la experiencia del destierro. A la intemperie. Sin garantías. Pero con un acento propio, que es lo que al final nos une y nos hermana.
Esta antología explora la migración venezolana en distintas vertientes temáticas: la fractura de la identidad del migrante —en varios casos, de manera violenta—, la tensión entre la nostalgia y el rechazo al país de origen, el encuentro con la alteridad, los espacios en contraste, la reflexión íntima y el desgarramiento frente a las vivencias de la migración.
Ana Teresa Torres
La escritora nos presenta Diorama es el retrato distópico de un mundo en el que no hay certidumbres, como no sea el miedo al futuro. Monroy Editor, 2021.
Cuando en el Reino de la Alegría se decreta la felicidad obligatoria, sus habitantes son sometidos por fuerzas oscuras que todo lo vigilan y controlan. Mientras intentan sobrevivir entre el desconcierto y la carencia, lo que daban por sentado comienza a desaparecer ya sean lugares, personas o libros.
Krina Ber
Ficciones asesinas, de la escritora y arquitecta Krina Ber (Polonia, 1948), estructurada sobre la base de un diario, incorpora los elementos narrativos de la novela negra —o una parodia de ella— y tiene lugar en el microcosmos de un conjunto residencial en una ciudad que no se precisa, pero que nos parece muy familiar, donde las tensiones comunitarias, las penurias compartidas por la precariedad de los servicios públicos y los secretos ocupan la cotidianidad de los vecinos.
La historia gira en torno de una ex escritora que habita en esa curiosa comunidad, Elizabeth Rosenberg, quien inicia un registro de los variopintos comportamientos de sus vecinos, sometidos a una situación económica y social límites. Surgirá entre ella y un vecino italiano ex detective, dotado de una aguda intuición criminal, una extraña relación a partir de la sospecha de conexiones ocultas en una serie de accidentes que se suceden en la comunidad y que hacen presumir que ella puede ser la próxima víctima.