Tecnología multibarrera para combatir la contaminación alimentaria

La contaminación alimentaria es un problema mundial. Las diferentes alergias ya sea a alimentos, animales o pólenes, es cada vez más constante. Por eso mirar bien las etiquetas de cada producto te puede salvar hasta la vida ante un posible ataque de asma, un choque anafiláctico o la muerte por una reacción alérgica.

Hay más de 150 millones de europeos que conviven con una alergia. Por si fuera poco, hasta 235 millones de europeos sufrirán alguna antes de 2025, y la alergia será la enfermedad crónica más habitual del continente.

Las normas europeas de clasificación, etiquetado y embalaje son de las más rigurosas del mundo, pero como la producción actual de alimentos y las cadenas de suministro son tan complejas, todavía no se pueden garantizar que no haya trazas de alérgenos como leche, huevos o frutos secos.

La empresa austríaca Greiner Packaging está revolucionando el proceso de producción de embalajes para combatir la contaminación alimentaria. Ha desarrollado la tecnología multibarrera (MBT), que preserva mejor los platos preparados, los alimentos para niños y animales, y unas cápsulas de café muy conocidas. La tecnología MBT está diseñada para proteger el contenido de los paquetes de comida frente a agentes externos y para mantener la frescura de los productos sin añadir conservantes que podrían causar alergias.

De hecho, este proceso es 100 % automático, se lleva a cabo sin contacto con el exterior y se supervisa de principio a fin mediante un sistema de videovigilancia las 24 horas, 7 días a la semana.

Para ello además utilizan la base de datos generados en Microsoft Azure y procesados con ayuda de la inteligencia artificial, determinando patrones y posibles errores durante el proceso de fabricación, minimizando los fallos humanos, y evitando que los productos contaminados o rechazados lleguen a la cadena de suministro para garantizar así un control de calidad superior en las 19 plantas que tienen en todo el mundo.

Este tipo de producción “sin contacto” está avanzando pero aún sigue habiendo un componente humano clavel, y ahí es donde entra la contaminación cruzada a través de la indumentaria de los empleados, que atrapa y propaga fácilmente las bacterias y alérgenos por la fábrica.

Para ayudar a las empresas en esta línea, una de las mayores empresas de servicios textiles de Europa, Lindström (de Helsinki y operando en 24 países de Europa y Asia) ha incorporado etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID) en los uniformes para mantener la higiene de los trabajadores en todo el proceso de la producción alimentaria. Estos datos se almacenan en Microsoft Azure, lo que permite a los responsables de planta supervisar y analizar el ciclo de vida de los uniformes para conocer el lugar y la frecuencia con la que se ha usado, lavado y cuidado una prenda.

El proveedor de comida Bühler Group ha desarrollado una tecnología capaz de detectar toxinas en un grano de maíz entre miles de ellos. Un ejemplo son las aflatoxinas, una sustancia tóxica producida por hongos que crece en la comida cuando esta se almacena en lugares cálidos y húmedos. Puede causar cáncer de hígado y contribuye a retrasar el crecimiento de millones de niños. Bühler ha desarrollado en colaboración con Microsoft una nueva tecnología de separación inteligente que utiliza análisis visual en tiempo real y basado en la nube para identificar y apartar los granos de maíz contaminados con aflatoxinas para mejorar significativamente la salud de millones de personas.

 

Créditos: Diario AS