Se supone que tener empleo, una economía con una inflación estándar, o apoyo bancario, son condiciones o variables de base que deberían llevar al ciudadano a un estado cercano a su tranquilidad, bienestar y felicidad, pero para los estudiosos de los fenómenos sociales; la felicidad o miseria de un país depende más de otros elementos humanos que son difíciles de medir con elementos objetivos.
A propósito de que Venezuela quedó registrada en el segundo lugar del ranking de infelicidad y miseria, detrás de Zimbabue y por encima de 157 países, el sociólogo y director del Centro de Estudios Populares, Alexander Campos, aseguró que, esas variables teóricamente nos ponen en una media de felicidad, pero si comparamos a los 15 primeros países del ranking veremos que tienen realidades diferentes, “sobre todo en el aspecto político”.
“Es comprensible que entre los primeros 10 esté Ucrania, que está padeciendo una guerra contra Rusia”, acotó.
A su juicio, el ciudadano que vive en libertad debe tener la posibilidad de construir su propia felicidad, según el modelo político.
“En los modelos democráticos pareciera que el sujeto tiene en sus manos los factores de su propia felicidad, por encima de sus opuestos considerados menos democráticos”, señaló Campos.
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